Responsos con lista de espera
La huelga de los trabajadores de la funeraria municipal provoca retrasos en los traslados y en los oficios de la capilla del cementerio de la Almudena
-¿Y ahora por quién es el responso?
- Pues no le sé decir. Normalmente me dan una lista con los nombres y los horarios, pero hoy no. Es por la huelga.
El capellán José Félix Echarri esperaba ayer de brazos cruzados a la puerta de la capilla del cementerio de la Almudena. A mediodía. No sabía ni cuándo ni por quién iba a oficiar los responsos, así que a la señora que preguntaba no le quedó otra que acompañarle de plantón.
Por fin llega un coche fúnebre. "Media hora larga de retraso", susurra uno de los familiares del fallecido mientras golpetea su reloj. Para adentro. A medio oficio, llega otra comitiva fúnebre. Ésta sí es la que esperaba la señora. Pequeño atasco entre los coches que llegan y los que se van. El conductor de uno de los coches de duelo se mosquea: "Éste es mi tercer servicio del día. Me quedan otros tres. Si empiezo a acumular retrasos, no llego a la hora. Algún compañero ha tenido que pedir taxis para llevar a las familias". El capellán termina el responso, coge aliento y empieza con el siguiente: "Pensáis que el cementerio de la Almudena es la estancia definitiva de nuestra hermana Lola, pero es sólo temporal...".
Mientras, a la puerta del cementerio, dos decenas de trabajadores de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid ataviados con camisetas color butano hacían sonar sus silbatos y detenían unos minutos a las comitivas fúnebres. "Estamos de huelga. Disculpen las molestias", informaban, con otra decena de policías vigilándolos de cerca.
Los casi 600 trabajadores de la funeraria municipal, participada en un 51% por el Ayuntamiento y en un 49% por la empresa Funespaña, estaban llamados a la huelga para pedir que no se privatice del todo la empresa o que los copropietarios se comprometan a respetar los puestos de trabajo. El 2 de junio pasado, tras un proceso judicial de 16 años, la Audiencia Provincial dictaminó que hubo prevaricación, tráfico de influencias y fraude a la Hacienda pública en la semiprivatización, cuando los entonces responsables vendieron el 49% de las acciones por 100 pesetas (0,60 euros).
"Estamos recibiendo presiones y amenazas de despidos", denunció ayer Nieves Belmonte, presidenta del comité de empresa, quien calificó los servicios mínimos de "abusivos". "Hay una plantilla superior a la de cualquier martes en periodo vacacional", aseguró. En el tanatorio de la M-30 los usuarios de las salas ni siquiera notaron que hubiese huelga. Incluso se consideró como servicio mínimo la floristería, cuando alrededor del tanatorio abundan las tiendas en las que comprar ramos.
Sólo hubo retrasos en los traslados y en los entierros e incineraciones (son alrededor de 65 al día), que en algunos casos llegaron a la hora, informó la funeraria. Las recogidas de cadáveres en hospitales y residencias se demoraron cinco horas, según el comité, que informó también de que el seguimiento de la huelga, que se repite mañana, fue "casi del 100%". Un portavoz municipal aseguró que el Ayuntamiento "es un simple accionista" y añadió: "Protestan contra una decisión [la privatización] que no se ha tomado".
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