Los 'tories' intentan retrasar la ratificación del Tratado de Lisboa
El Partido Conservador británico puso ayer en marcha una maniobra de última hora para retrasar al menos hasta el mes de octubre la ratificación del Tratado de Lisboa por la Cámara de los Lores, que en principio debería producirse hoy, último escollo parlamentario para que el Reino Unido ratifique el texto.
El conservador lord Howell de Guilford presentó ayer una propuesta para que la tercera y última lectura del tratado no se celebre antes del 20 de octubre "para permitir al Parlamento que considere cuál es la respuesta más adecuada al cambio de circunstancias y a las incertidumbres creadas por el rechazo del Tratado de Lisboa en el referéndum irlandés", y para considerar "qué enmiendas al proyecto de ley se han de tener en consideración en detalle debido a ese cambio de circunstancias".
Aunque el tratado ha pasado con cierta holgura las votaciones que hasta ahora ha habido en los Comunes y en los Lores, no es completamente seguro que vaya a fracasar la propuesta de aplazamiento, dada la costumbre de los lores de obrar a menudo en función del sentido común de cada uno, sin atender siempre a las consideraciones de política partidaria. El Gobierno no tiene la mayoría en los Lores, y el futuro del tratado está en manos de algunos conservadores europeístas, de los liberales-demócratas -en general, proeuropeos- y de los lores que no están adscritos a ningún grupo parlamentario.
El primer ministro, Gordon Brown, ha expresado ya varias veces a través del jefe del Foreign Office, David Miliband, que el Gobierno quiere que el Tratado de Lisboa reciba hoy el visto bueno de los lores para que el proceso de ratificación británico culmine de inmediato. Lo último que quiere Brown es que el no irlandés se convierta en un problema directamente británico.
La posición oficial del Gobierno es que hay que seguir adelante con los procesos de ratificación, pero, a diferencia de otros grandes países de la UE, no quiere que el conjunto de la Unión presione a Irlanda y prefiere que sea este país el que intente buscar una solución al problema planteado por el no de sus ciudadanos al Tratado de Lisboa.
