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Reportaje:Lancia Delta

Lancia reinventa su icono

Marcos Baeza

El nuevo Delta no se parece en nada al modelo original de los años ochenta, pero recoge la personalidad estética y el refinamiento habituales en la marca italiana. Ahora sobresale por su original diseño, la calidad y amplitud del interior y su avanzada oferta de motores y equipamientos. Llegará a España el 18 de julio y se venderá a partir de unos 20.000 euros.

El Delta ha sido el Lancia más emblemático de los últimos 30 años. Un auténtico icono para la marca, casi como lo que supone el Golf para VW. Pero, a pesar de su importancia, la firma italiana ha preferido que el nuevo modelo rompa con el pasado y mire al futuro. Del coche original sólo conserva el nombre, aunque sí recoge los valores que distinguen a los Lancia actuales: una imagen elegante con gran personalidad, diferente a casi todo lo conocido, y un interior muy cuidado, con materiales de calidad y muchas posibilidades de personalización.

El nuevo Delta añade, además, un tamaño superior al de sus competidores que mejora el empaque de la carrocería y la habitabilidad interior, y añade una oferta de motores y equipamientos a la última, con tres modernos turbodiésel y opciones tecnológicas como la función de aparcamiento automático, la suspensión electrónica y el sistema Blue & Me Nav, que reúne navegador, puerto USB para música, bluetooth para el móvil y mandos por voz para algunas funciones. El lanzamiento en España será el 18 de julio, y Lancia ha adelantado que el Delta más asequible costará unos 20.000 euros (1.4 turbo de 120 CV), y el más exclusivo rondará los 30.000 (1.9 diésel biturbo de 190 CV).

La gama incluirá tres acabados: Argento, Oro y Platino. La dotación de cada uno no se ha comunicado todavía, pero el primero incluirá ya control de estabilidad y seis airbags, radio-CD y MP3, climatizador, llantas de aleación y asientos traseros deslizables, que permiten ampliar el maletero o el espacio para las piernas atrás.

El familiar compacto más grande

Con una longitud de 4,52 metros, el Delta se sitúa como el familiar compacto más grande del mercado. Y como tiene también una anchura y altura superiores a lo normal (1,8 y 1,5 metros), sorprende por el volumen de su carrocería y hace parecer pequeños a sus competidores (Golf, 308...). Estas dimensiones potencian su empaque y benefician también al interior, que sobresale por su espacio y ofrece cinco plazas amplias y un maletero de 380 a 465 litros, según la posición de la fila posterior.

El diseño refleja la personalidad que distingue a la marca italiana. El frontal actualiza la imagen de los últimos Lancia y tiene carácter; el lateral luce una línea ascendente que transmite dinamismo y la zaga presenta detalles vanguardistas: pilotos curvos y un portón que sobresale de la carrocería. El resultado es uno de los modelos más valientes y originales en su tamaño. La base mecánica del Delta es la misma del Fiat Bravo, aunque con más distancia entre los ejes delantero y trasero (2,7 metros en vez de 2,6) y reglajes de suspensión más cómodos. Al volante resalta su aplomo y confort, porque está bien aislado, circula con la estabilidad de los coches más grandes y tiene unos mandos de tacto agradable.

Una historia de leyenda

La historia moderna del Lancia va unida al Delta. El modelo original se lanzó en 1979; en 1980 recibió el título de coche del año en Europa y en 1981 era ya uno de los familiares compactos más deseados de la época. Pero fue en 1987, con la llegada de la versión deportiva Delta Integrale, con motor turbo y tracción 4×4, cuando este Lancia empezó a convertirse en un icono. Y es que, mientras la versión de carreras ganaba el Mundial de rallies seis años consecutivos -de 1987 a 1992-, la variante de calle doblegaba en prestaciones y eficacia incluso a deportivos mucho más potentes, y cimentaba los pilares del mito que todavía envuelve al Delta.

Vistoso y diferente, el Delta presenta un diseño muy creativo, sobre todo en la parte de atrás. También se ofrece con pintura bicolor, con el techo en negro y la carrocería en otra tonalidad.
Vistoso y diferente, el Delta presenta un diseño muy creativo, sobre todo en la parte de atrás. También se ofrece con pintura bicolor, con el techo en negro y la carrocería en otra tonalidad.

AMPLIO Y MUY CUIDADO

LA CALIDAD interior es uno de los mejores activos de Lancia y se percibe bien en el nuevo Delta, que muestra un habitáculo más refinado de lo habitual en los familiares compactos. El salpicadero y los paneles de las puertas aplican materiales mullidos y presentan un aspecto moderno y elegante. Además hay varias alternativas de personalización disponibles. Por ejemplo, el salpicadero está disponible en tres tonos diferentes: azul, negro y bicolor (en la foto). Y lo mismo sucede con las tapicerías y recubrimientos, que pueden ser de tela, Alcántara, cuero, combinaciones de los anteriores o de una piel especial, denominada Poltrona Frau, que sobresale por su exquisitez.

Como opción se puede adquirir también un techo solar de gran tamaño y el sistema de aparcamiento automático, que gira el volante por sí solo y maniobra el coche hasta estacionar, aunque necesita un espacio con al menos 80 centímetros más que la longitud del coche para realizar la operación.

Junto al refinamiento, la habitabilidad es el otro aspecto distintivo del interior del Delta, porque gracias a las generosas dimensiones exteriores es también uno de los familiares compactos más amplios. Las cinco plazas pueden acomodar a adultos altos, e incluso la plaza trasera central es más confortable de lo habitual. Además, la fila trasera se puede desplazar en longitud, lo que permite ampliar el espacio para las piernas o aumentar la capacidad del maletero, y cuenta también con respaldos reclinables para poder recostarse en los viajes. El maletero varía entre 380 y 465 litros según la posición de la fila trasera y llega hasta 780 litros al abatir los respaldos. En cambio, se echan en falta más huecos para objetos, porque cuesta encontrar sitios para dejar el teléfono móvil, un mapa o una lata de refresco.

PROPULSORES TURBO

LA OFERTA mecánica es uno de los puntos fuertes del nuevo Delta, porque recoge motores a la última, con turbo, baja cilindrada y cambios manuales de seis marchas. Resaltan sobre todo los tres turbodiésel, que aportan un funcionamiento suave y silencioso, y cumplen ya la norma Euro 5 de emisiones que entrará en vigor en 2009. Son los 1.6, 2.0 y 1.9 M-Jet, este último biturbo (120, 165 y 190 CV, respectivamente). En gasolina hay dos alternativas, los 1.4 T-Jet de 120 y 150 CV, aunque en primavera de 2009 llegará un nuevo 1.8 turbo de inyección directa con 200 CV y cambio automático de seis marchas. Y a lo largo de ese mismo año aparecerán también nuevos cambios secuenciales de doble embrague, similares a los DSG de VW.

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Sobre la firma

Marcos Baeza
Redactor de Motor, especializado en producto y tecnología. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS, desde 1998, ligado siempre al automóvil. Sigue la actualidad del sector, prueba los nuevos modelos que llegan al mercado y analiza las tendencias y tecnologías asociadas, como la nueva movilidad eléctrica.

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