El PP liquida la etapa de María San Gil

María San Gil ya empieza a ser parte de la historia del PP. La protagonista de la mayor fractura del partido en los últimos años ya tiene un sustituto que, sin duda, cambiará la línea política del PP vasco. Se trata de Antonio Basagoiti, responsable del PP vizcaíno y candidato de consenso a presidir el PP vasco. Mientras San Gil es heredera política de Jaime Mayor y fundamentalista en todo lo que tiene que ver con el modelo de Estado, Basagoiti es un pragmático gallardonista, muy alejado de Mayor, que en ocasiones ha chocado con ella por la línea política seguida en Euskadi.

Por si esto fuera poco, los otros dos responsables de la ponencia política que ella decidió abandonar -José Manuel Soria y Alicia Sánchez-Camacho, a los que ahora ayuda Ana Pastor- se enfrentaban ayer a varias decenas de enmiendas en las que se reclama suavizar la redacción que ella misma dejó, especialmente en lo que se refiere al PNV. Tres fuentes cercanas a los responsables de los trabajos coincidían ayer en señalar que la ponencia se va a suavizar y se aceptarán parte de esas enmiendas, en especial una presentada por el dimitido portavoz del PP en las Juntas Generales de Vizcaya, Carlos Olazabal.

La distancia de San Gil con Rajoy es tal que no está claro si irá al congreso

La fórmula transaccional que se manejaba en las últimas horas para corregir los extremos más polémicos de la ponencia San Gil es la de tratar de separar a la actual dirección del PNV de sus votantes.

La todavía presidente del PP vasco -hasta el congreso de julio- redactó una frase muy contundente que ha sido criticada en privado por los moderados y ha recibido medio centenar de enmiendas. Señala el párrafo 83 de la ponencia de San Gil: "El PNV condena el terrorismo, pero todos sus actos desmienten sus palabras. Su actitud en relación a la lucha antiterrorista es siempre obstruccionista. No se puede decir que el PNV es partidario del terrorismo de ETA, pero sí podemos afirmar que no colabora en su derrota".

Olazabal, según fuentes del PP vasco, enmienda totalmente este párrafo. Lo justifica en la necesidad de separar al nacionalismo democrático del extremista y reclama un "reconocimiento al compromiso de militantes y representantes nacionalistas en la lucha contra ETA".

En el País Vasco, como en Cataluña, el PP necesita para crecer captar el voto moderado que en el pasado apostó por el PNV y ahora está harto de la deriva soberanista de este partido y de CiU en Cataluña. La nueva dirección que se conformará en el País Vasco, con Basagoiti al frente, y Alfonso Alonso, aún más moderado, como hombre fuerte, quiere buscar ese voto y necesita no ofender con esta redacción a los votantes del PNV desencantados.

Otro de los párrafos de San Gil que ha causado mucho malestar es el 84: "La actitud del PNV ha contagiado al resto de nacionalismos que hay en España". Esta frase impediría cualquier tipo de acuerdo con CiU, por ejemplo, y puede incluso afectar a los nacionalistas canarios, con los que gobierna Soria.

Los ponentes pueden aceptar algunas enmiendas ahora o dejarlas vivas para que sea el voto de los compromisarios el que lo haga. Lo que parece seguro es que lo hará en línea con el discurso de Rajoy, que casi a diario insiste en que el PP debe "dialogar con todos" y colocarse en la "centralidad política y no en una esquina".

La distancia entre el entorno de Rajoy y San Gil se ha hecho tan evidente, sobre todo después de que ella insistiera en ofrecer entrevistas para atacar a la dirección, que nadie tiene claro ni siquiera si la presidenta del PP vasco acudirá al congreso de la próxima semana. Su entorno no lo confirma. Ya fue muy evidente su ausencia en el acto de apoyo a Rajoy de Valladolid la semana pasada, pero su ausencia en el congreso sería un gesto definitivo.