"Al que se pone tonto, le dan dos hostias"

"Si el chófer se pone un poco tonto, le dan dos hostias. Si baja un poco subidito, un poco fuerte, diciendo que le dejen pasar, le dan dos hostias", cuenta José a la puerta de su tráiler frigorífico, en el polígono industrial de Riba-roja, que acoge grandes centros de distribución de empresas como Mercadona, y que ayer permanecía bloqueado por los piquetes.

A José no le tocaron, ni le reventaron las ruedas como a la decena de camiones pesados que hay aparcados junto al suyo porque el domingo por la noche, cuando los piqueteros le pidieron que parara, se detuvo, y desde entonces vive en la cabina.

"Los camiones que ves están 'averiados' por haber trabajado cuando no debían"

Los taxistas se sumarán a las movilizaciones la próxima semana

El polígono de La Granadina, en Alicante, escenario de graves choques

La huelga del transporte se radicalizó ayer, en su segunda jornada. El puerto de Valencia siguió paralizado. Los piquetes cerraron los accesos a algunos de los principales polígonos valencianos. Y las fuerzas de seguridad practicaron las primeras cargas para disolverlos: en La Granadina (San Isidro, Alicante), 60 agentes de la Guardia Civil detuvieron a cinco huelguistas. En ese mismo escenario, por la mañana, un turismo arrolló a dos trabajadores cuando trataban de interceptarlo. Sufrieron heridas leves.

La Delegación del Gobierno había intentado evitar intervenciones directas, optando por la negociación. Una actitud que sentó mal en la patronal del sector (la FEVT, que reúne a más del 60% de los transportistas, contraria a la convocatoria), que acusó al Gobierno y a la Policía de "consentir" los daños a vehículos y el "amedrantamiento" de los conductores.

Numerosas gasolineras colgaron el cartel de "vacío" en los surtidores (sobre todo de diésel y gasolina 95), debido al bloqueo de los piquetes en los centros de CLH (Compañía Logística de Hidrocarburos) en las provincias de Valencia y Alicante. El acceso a esta última fue despejado por agentes antidisturbios ya avanzada la tarde.

Los puestos de los mercados en Valencia y Alicante no cerraron, salvo contadas excepciones, ni hubo problemas graves en los supermercados (quitado de las secciones de pescadería) a pesar de la avalancha de clientes que, al igual que en las estaciones de servicio, puso a prueba sus reservas. Mercavalencia solo recibió visitas esporádicas de piquetes, lo que permitió a los comerciantes hacer acopio de productos. El problema, advertían en el Mercado Central y en el de Russafa, en Valencia, era que en la propia Mercavalencia no entraba género nuevo, lo que les hacía albergar serias dudas con vistas a los próximos días.

Los convocantes del paro no representan ni al 30% del sector valenciano. Y en el puerto de Valencia, por ejemplo, de donde no sale ni entra un alma, apenas llegan a la mitad. ¿Por qué han sido capaces entonces de paralizar casi completamente el transporte?

Alguna respuesta podía encontrarse ayer en el polígono de La Reva (entre Loriguilla y Riba-roja), observando la quincena de camiones y furgonetas estacionados a la entrada. "Los que ves ahí están averiados y no pueden seguir", decía uno de los miembros del piquete, identificables por los chalecos reflectantes amarillos, en referencia a las ruedas pinchadas, los retrovisores partidos y los parabrisas rotos. "Y están averiados por haber intentado funcionar cuando no debían"."No vamos a estar unos aquí dando la cara como unos gilipollas y otros trabajando. Y una avería te puede pasar en cualquier sitio. Los nuestros no están averiados. Porque están en casa. Están parados. El que sale está a expensas de que le pase algo. Coger una tacha por la carretera, pinchar, que una piedra salte y le rompa un faro", añade.

La conversación tenía lugar a 20 pasos de dos agentes de la Guardia Civil, que examinaban un tráiler parado en la vía de acceso al polígono. Y a cinco pasos de un trabajador autónomo que llevaba parado desde las 4 de la mañana. "Claro que he visto cómo me las pinchaban. ¿Y qué vas a decir viendo el panorama? Al camión de ahí le han roto los faros, el retrovisor, le han pinchado cuatro ruedas, han desgarrado la lona, y le han tirado al suelo los palés".

La patronal valenciana criticó los "constantes ataques" que sufren quienes se aventuran a la carretera. Solo entre los polígonos de La Reva y L'Oliveral (Riba-roja) podían contarse una treintena. El silencio, sin embargo, se imponía. Delegación del Gobierno solo había contabilizado a última hora de la tarde dos denuncias por agresiones en la provincia de Valencia. Las dos de carácter leve.

Si no se resuelve antes, el caos del transporte empeorará el 17 de junio: los taxistas decidieron ayer en Elche que a partir de ese día iniciarán manifestaciones en las principales ciudades valencianas, también contra los precios de los carburantes.

La salida de vehículos de Ford en la planta de Almussafes fue imposible por la presencia de huelguistas. Y los piquetes también bloquearon durante todo el día en los polígonos de Alicante de Pla de la Vallonga, Las Atalayas y La Granadina (en San Isidro) para evitar la entrada o salida de mercancía.

En La Granadina, uno de los principales puntos logísticos de la provincia, los piquetes bloquearon la salida de los productos de Mercadona tras prender fuego a la carga que llevaban dos tráilers que hicieron parar. Por la mañana, en el mismo escenario, dos huelguistas fueron embestidos por un turismo cargado de yogur, cuando trataban de impedir que el utilitario saltara la barrera con la mercancía. El conductor fue interceptado momentos después por la Guardia Civil aunque no quedó detenido.

Hacia las 13.00 los trabajadores cortaron durante 15 minutos la A-70 a su paso por Albatera, junto al mismo polígono, lo que provocó retenciones de varios kilómetros. Tras estos incidentes, el recinto estuvo bajo la vigilancia de 12 furgonetas de antidisturbios de la Guardia Civil, que finalmente intervinieron deteniendo a cuatro miembros del piquete.

Los agentes investigaban, en ese mismo lugar, si el incendio que arrasó en la madrugada del lunes un tráiler en el mismo polígono, fue fortuito o provocado por los huelguistas. Algunos trabajadores explicaban ayer que el vehículo pertenece a una de las empresas que se ha mantenido al margen del paro.

La policía también retiró la veintena de tráilers que impedían la salida de camiones cisterna de la central distribuidora de carburante en Alicante.

La movilización contra la subida del precio de los carburantes causó menos problemas de tráfico que el lunes. Aun así se registraron colas de hasta 10 kilómetros en la A-70 (en Alicante, a la altura del Pla de la Vallonga), retenciones en la CV-30 (de hasta tres kilómetros) y en la CV-10 (en Castellón), y un fugaz corte de la autovía A-3 a la altura de Riba-roja. Piquetes de transportistas cerraron el acceso a las zonas de carga de los muelles con el fin de evitar que los camiones embarcaran en los transbordadores con destino a Baleares.

Información elaborada con información de Rosa Biot, Rebeca Llorente, Cristina Medina, Lydia Garrido y Arturo Ruiz.