Art Basel muestra que el mercado del arte no padece la crisis global

La 39ª edición de Art Basel cerró ayer sus puertas en medio del optimismo. A pesar de la crisis global, tanto galeristas como expertos sostienen que el mercado del arte no se ha visto afectado. Con 55.000 visitantes, 306 galerías y más de 2000 artistas, la cita en Basilea sigue siendo la referencia ineludible del mundo del arte.

Las cifras de ventas siguen siendo el mayor secreto de todos los secretos

A la hora del balance final, las opiniones son unánimes. "Mi valoración es muy positiva", explicó ayer Lourdes Fernández, directora de Arco, que subrayó que aprecia especialmente "los enormes esfuerzos que hacen las galerías para mostrar la excelencia". Fernández agregó que "el mercado funciona" y la prueba es que los nombres consagrados del arte moderno y contemporáneo se han vendido muy bien, aunque desearía una mayor presencia española en futuras ediciones. "Las galerías españolas que están son las mejores, pero me gustaría ver aquí a otros nombres que también se lo merecen", comentó.

Las galerías españolas que acudieron a esta edición han sido Helga de Alvear, Juana de Aizpuru, Joan Prats, Elba Benítez, Pepe Cobo, Elvira González, Soledad Lorenzo, Polígrafa y Nogueras Blanchard. Todas manifestaron su satisfacción. Para Soledad Lorenzo, "la crisis que se hizo notar fue la de los noventa, mientras que ahora comenzamos a salir de un periodo de euforia que llegó a sus cotas más altas en la edición de 2007. Este retorno a la normalidad me parece muy positivo".

En esta cita ha llamado la atención el renovado interés por la escultura. Simon Lamunière, comisario responsable de la sección Art Unlimited, que presentó obras de gran formato, valoró "un retorno a lo concreto y lo tangible". Por su parte, el prestigioso analista americano Josh Baer resumió así sus previsiones del mercado para los próximos años: una virtual desaparición de la especulación con las obras de los creadores jóvenes, la llegada definitiva de rusos y árabes al mercado del arte occidental, una independencia cada vez mayor de los creadores, y una feroz competencia entre las ferias secundarias y periféricas. "A pesar de las predicciones de los medios de comunicación", entiende Baer, "el mercado del arte no sólo no está muerto, sino que goza de excelente salud". Casi todos los observadores han comentado la significativa menor presencia de coleccionistas de Estados Unidos, así como la virtual desaparición del dólar como moneda de referencia en las transacciones.

Uno de los temas recurrentes fue el cambio de dirección, que ha pasado de Samuel Keller a Marc Spiegler y Annette Schönholzer. ¿Se ha notado la diferencia? "Pienso que no", explicó Lourdes Fernández, "puesto que todo lleva aún la impronta de Keller". Aunque Art Basel es el mayor mercado de arte mundial, las cifras de ventas siguen siendo el secreto de los secretos. Un misterio, incluso para los iniciados. "Pero hay un criterio de análisis seguro", comentó Peter Vetsch, responsable de comunicaciones de la feria, "y es la presentación de candidaturas, que el año pasado llegó al 99,1% de las que habían estado. Si las galerías vuelven, es que el negocio es muy bueno".