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Reportaje:Finanzas personales

La hipoteca inversa, en la picota

La crisis inmobiliaria aborta la implantación de esta figura

Luis Doncel

Lo malo de las crisis es que lo tiñen todo de negro. Es lo que le ha ocurrido a la hipoteca inversa, que ha tenido la mala suerte de que el Gobierno se decidiera a regularla justo en el momento en el que el boom inmobiliario comenzaba a convertirse en crash, y ahora corre el riesgo de ser una de las damnificadas por la explosión del sector.

Las expectativas que generó este producto -que permite a los mayores de 65 años o a los dependientes cambiar su piso por una renta única o periódica y seguir viviendo en su casa hasta el fin de sus días- no se han cumplido. Los registradores de la propiedad, reunidos la semana pasada en un congreso internacional en Valencia, afirmaron que su presencia en los últimos meses ha sido "insignificante".

El Gobierno reguló la hipoteca inversa en la reforma de la ley hipotecaria que entró en vigor el pasado mes de diciembre. A pesar de que esta modificación reducía los costes de transacción, declaraba exentos del impuesto de actos jurídicos documentados a los que suscribieran esta figura y les daba más seguridad jurídica, los jubilados pobres en dinero pero ricos en activos no se han animado a cambiar una cosa por otra. La nueva norma aportaba unas reglas de juego claras para un producto ya existente, pero que hasta entonces carecía de regulación específica. Los registradores todavía no tienen estadísticas del número de hipotecas inversas constituidas, pero constatan que esta cifra es bajísima.

"La ley se gestó en un momento en el que el precio de la vivienda subía sin parar. Pero ahora, que no sólo los pisos no se encarecen sino que existe el riesgo de que pierdan valor, la hipoteca inversa no es rentable para nadie", certifica el decano del Colegio de Registradores, Eugenio Rodríguez Cepeda. Las entidades financieras son reacias a pagar por un bien del que no están seguras cuánto valdrá en los próximos años.

"Y si lo hacen en las circunstancias actuales, será a unos precios tan bajos que no les compensará a los interesados", señala el registrador sobre un producto que en otros países también se está resintiendo. Mientras que en EE UU se preveía a mediados del año pasado formalizar unas 100.000 hipotecas inversas, ahora las expectativas se han reducido a 40.000.

El vicedecano, José María Alfín, considera que a pesar de su escaso éxito, es positivo que el Gobierno haya regulado una figura que nunca fue pensada para ser contratada masivamente. "Quizá no la hiera de muerte, pero sí es cierto que la crisis ha suspendido la aplicación de la hipoteca inversa. Ahora, simplemente, no salen las cuentas", concluye Rodríguez Cepeda. -

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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