The Sonics, el reto de una leyenda

The Sonics han vuelto y traen con ellos toda la furia y la crudeza del garage rock. Ellos ayudaron a concebirlo y pocos discutirán que están perfectamente legitimados para seguir impartiendo clases magistrales sobre los escenarios. Al menos eso esperan sus seguidores, porque está por ver el estado de forma del cuarteto original 40 años después de su separación. El reto es grande. Más allá de simples ejercicios de nostalgia, no parece sencillo estar a la altura de la leyenda de un conjunto que en los sesenta grabó clásicos del género como The witch, Psycho, Strychnine y Cinderella, y ha pasado a la historia como uno de los estandartes más visibles del llamado sixties punk. Aunque su repertorio incluía muestras de rhythm & blues y sonido beat que lo emparentaban con la incipiente escena musical británica de los sesenta, todo brotaba envuelto en distorsión.

Concluye el quinto ACT, el Festival de Nuevos Talentos Escénicos

Andrés Calamaro lleva a La Casilla el concierto previsto en Vista Alegre

"Mi hermano Larry estaba siempre hurgando en los altavoces para conseguir la distorsión que buscábamos y, previamente a tocar su guitarra, los desenchufaba y hurgaba en ellos con un punzón de hielo hasta que acabábamos sonando como un tren descarrilando", ha relatado el bajista Andy Parypa. The Wailers, The Frantics, Dynamics y Bill Doggett figuran entre las referencias iniciales del grupo estadounidense.

Otro artista empeñado en recuperar el esplendor pasado es Andrés Calamaro, quien celebrará en La Casilla un concierto anunciado en principio en la plaza de toros de Vista Alegre, un recinto con aforo muy superior. Aunque su poder de convocatoria y su voz se hayan resentido, su repertorio incluye rocanroles, éxitos de Los Rodríguez y canciones emblemáticas como Flaca, El salmón y Estadio Azteca. El músico argentino sigue promocionando su última entrega de estudio, La lengua popular, un trabajo en el que abraza el folclor y apuesta por el sentido del humor en cortes como Sexy & barrigón, pero dice haber consagrado su actual gira al rock and roll.

La Fuga sigue apostando por el rock callejero y de regusto poético en Asuntos pendientes, su octavo disco desde 1998. El cuarteto de Reinosa se ha hecho un hueco en la cabeza del nuevo rock urbano, junto a bandas como Marea y cantautores como Albertucho, a base de conjugar guitarras eléctricas y un lenguaje llano poblado de metáforas y alusiones a garitos, domingos de resaca y aceras que sirven de colchón. Todo sin olvidar el compromiso que rebosan temas como Villa miseria, que clama contra la explotación infantil.

Dos bandas foráneas con visiones distintas del punk rock recalan hoy en Vizcaya. La estadounidense A Wilhelm Scream, que toma su nombre de un efecto de sonido utilizado en los años cincuenta por la industria cinematográfica, promociona Career suicide, un tercer trabajo en el que se vuelve a mostrar como eficiente ejecutante de célere y reiterativo punk rock y hardcore melódico, sonido preferido de los skaters. El grupo sueco Asta Kask, por su parte, continúa exprimiendo el sonido clásico del street punk. Lo hizo en su primera etapa, desde 1978 hasta 1986, y lo continúa haciendo tras su reunificación, en 2003, a la que ha seguido la edición de discos contundentes como el reciente En för alla ingen för nan.

El turco Omar Faruk Tekbilek se ha ganado fama de renovador de la música de su país gracias a su habilidad para fusionar ritmos y combinar con pericia instrumentos árabes y occidentales. El respeto a la raíz mediterránea convive con el mestizaje en la producción de un artista educado musical y espiritualmente en el sufismo, rama mística del Islam. Afincado en Nueva York y asiduo colaborador del virtuoso guitarrista Brian Keane, repasa en vivo su nuevo disco, The tree of patience, al frente de un sexteto.

Oskorri no para. Pero es de suponer que sus componentes no padecerán estrés, acostumbrados como están a compaginar proyectos y cambiar frecuentemente de chip. Hoy, el conjunto vizcaíno repasará clásicos de su repertorio con arreglos de Hilario Extremiana y junto a la Banda Municipal de Azpeitia. Mañana, interpretará el repertorio de la 12ª entrega de su colección The pub ibiltaria, donde recupera canciones tradicionales idóneas para cantar en compañía. De hecho, estos son conciertos en los que el público participa y asume protagonismo.

Hoy concluye la quinta edición de ACT, Festival Internacional de Nuevos Talentos Escénicos, que durante cuatro días permite contemplar el trabajo y asimilar las enseñanzas de dos centenares de profesores de artes escénicas y de intérpretes en ciernes. La jornada final incluye clases magistrales y muestras de teatro físico (sin texto) y musical, a cargo de alumnos checos y polacos, en el Teatro Barakaldo. La Fundición acoge un Certamen de Piezas Cortas en el que participan Marcos Morau, Lorena Briscoe, Einay Eshell y Temple Theatre. Y en Bilborock se celebrará la gala de clausura, con el correspondiente reparto de premios.

Malabarismos, danza y música conviven en Le cercle, el espectáculo que Tr'Espace representa en Gazteszena. La compañía suiza cierra la programación concebida para celebrar el décimo aniversario de la sala donostiarra con ese montaje de sustrato circense y algo abstracto, una muestra de manipulación de objetos en la que dos intérpretes juegan con un diábolo y un tercero toca un contrabajo.

Setenta caballos y 40 acróbatas, jinetes y músicos comparten protagonismo en Cavalia, espectáculo que pretende conjugar artes ecuestres y escénicas al presentar con escenografía teatral tradicionales ejercicios de alta escuela, equitación acrobática y doma. Normand Latourelle, fundador del Cirque du Soleil, es su creador, y ya acumula más de un millón y medio de espectadores desde su estreno, hace cuatro años.