El déficit catalán se dispara hasta 1.185 millones por el revés inmobiliario
El consejero Castells subraya la "contención del gasto" de la Generalitat
La merma recaudatoria del Gobierno catalán (1.226 millones de euros menos de los previstos) debido al descalabro del sector inmobiliario ha agujereado las finanzas públicas. La Generalitat cerró 2007 con un déficit de 1.185 millones de euros, lo que representa una desviación de 422 millones sobre lo presupuestado, y casi tres veces más que lo liquidado en 2006, que ascendió a 451 millones.
Economía admite "poco margen" para combatir el desequilibrio de 2008
Son datos de acuerdo con la normativa europea SEC basada en 2000, que obliga a incluir las cuentas de Ifercat -la empresa de infraestructuras creada para construir la línea 9 del metro de Barcelona- y de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV-3, Catalunya Ràdio y el resto de medios públicos). En términos SEC 95, que es la normativa que se tuvo en cuenta cuando se elaboró el plan de saneamiento para reequilibrar las cuentas, los números rojos de la Generalitat ascendieron a 762 millones de euros, 307 más que los previstos, informó ayer el consejero de Economía, Antoni Castells
El Departamento de Economía se empeñó en presentar la liquidación del presupuesto de 2007 antes de que finalizara el mes de mayo, para neutralizar las acusaciones de "retraso" y "falta de transparencia" lanzadas por la oposición. Pero ayer, el centro de atención era otro: las jornadas del Círculo de Economía.
Los números presentados "no nos hacen especialmente felices, ni quisiera que la evaluación pareciera triunfalista, pero la situación podría haber sido mucho peor si no hubiéramos contenido el gasto", subrayó Castells en una rueda de prensa en la que estuvo flanqueado por el secretario general del departamento, Martí Carnicer, y por el interventor general de la Generalitat, Josep Maria Portabella.
El ajuste de cinturón que Castells pidió a sus compañeros del Consell Executiu a la vuelta de las vacaciones permitió absorber dos terceras partes de la merma recaudatoria: 824 millones de euros.
Pese a desviarse de los objetivos del plan de saneamiento, el Gobierno catalán perseveró en su esfuerzo por saldar la deuda desplazada, que Pasqual Maragall heredó de CiU cuando accedió a la Generalitat. La deuda desplazada son facturas que no se pagan y se guardan en el cajón, gastos generados durante un ejercicio, pero que no se imputan en las cuentas de ese año, se trasladan a los venideros. La Generalitat decidió seguir pagando las facturas atrasadas: 100 y 180 millones, según la normativa SEC que se utilice.
Pese a los esfuerzos de contención, los gastos aumentaron (7,5%) más que los ingresos (5,8%) y, ante la magnitud del revés inmobiliario, el Gobierno catalán echó mano de una herramienta (no prevista en el presupuesto inicial) que prevé la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria impulsada por el ministro Solbes: la golden rule. Esta herramienta permite endeudarse a las comunidades autónomas sólo para financiar inversiones productivas.
La deuda (sin tener en cuenta el ICF y el ICCA) alcanzó 20.030 millones de euros, 1.000 millones más que un año antes, lo que significa un aumento del 5,3%. Con todo, disminuyó su peso en el PIB, del 10,35% al 10,19%. Castells y Carnicer destacaron la "rigurosa" gestión de este capítulo, pese a que ganó peso en la financiación de las inversiones, tras varios ejercicios de signo contrario, y aumentó el importe de otros instrumentos financieros, más allá de los préstamos tradicionales, como el confirming (descuento de facturas), por valor de 429 millones.
Este año será peor, admitió Castells, que todavía no se atreve a exponer el nuevo cuadro macroeconómico para 2008. La previsión de crecimiento del 3% establecida en los presupuestos ha quedado totalmente desfasada. El consejero advirtió que este año habrá "más déficit, sin lugar a dudas". Tampoco quiso cuantificarlo -en los presupuestos figura un déficit de 518 millones, teniendo en cuenta ya la golden rule-, pero se lanzó con alguna pista: "Si en 2007, con una caída del 17% de los ingresos tributarios vinculados al sector inmobiliario y creciendo al 3,6%, la situación es la que es, imagínense este año, que la recaudación está cayendo a ritmos del 50%. Hagan ustedes los números", sugirió.
Al ser preguntado sobre cómo piensa combatirlo, Castells admitió tener "poco margen de maniobra: este año ya nos hemos ajustado mucho el cinturón". Eso sí, enfatizó que seguirá el "esfuerzo de contención y disciplina, pero sin medidas procíclicas" que puedan acentuar la crisis, como un recorte de las inversiones.
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