Shellac, cabezas de cartel, contra las leyes del negocio
Misteriosos. ¿Puros o huraños? O simple idiosincrasia. Quizá ésa sea la palabra que mejor encaja con el grupo de Chicago (que actúa el sábado en el festival barcelonés Primavera Sound, compuesto por Steve Albini, Bob Weston y Todd Trainer) profeta de la experimentación sonora, el minimalismo y la música indie entendida como verdadera militancia alternativa. Poco amigos de la promoción, de las reglas clásicas del negocio y huidizos como pocas bandas de la actualidad, llegan al escenario del Fórum como uno de los platos fuertes del festival.
"No buscamos a la prensa y de nuestros discos no se reparten copias promocionales", dice Bob Weston acerca de una estrategia que a la postre les reporta buenas dosis de publicidad. "La gente sabe de nosotros por sus amigos, el mejor modo de conocer a una banda. Steve [Albini] siempre dice que su profesión es la de ingeniero de sonido [ha registrado discos muy influyentes de las últimas décadas, de Pixies, Nirvana, PJ Harvey o Joanna Newsom...] y hacer rock, su pasión". Él, Weston, bajista en Shellac, también es productor. De modo que la banda no deja de ser, por tanto, una suerte de capricho, un trabajo a tiempo parcial: "Nos juntamos sólo un fin de semana de cada cuatro meses. Lo que a un grupo le lleva un año, a nosotros nos cuesta un mundo", se justifica Weston.
Vocación diletante
Cuando vio la luz Excellent italian greyhound (2007), su último trabajo, habían transcurrido siete años desde el anterior. Esa vocación casi diletante les lleva a contravenir los mecanismos del mercado. Entrevistar a Albini resulta hoy por hoy impensable y dar con Bob Weston, el caso que nos ocupa, una rara concesión.
La cosa no queda ahí. Su credo artístico podría dejar corto, por espartano, al Dogma de Lars von Trier: "Nos hemos impuesto el formato de trío e intentamos construir las canciones y los arreglos más interesantes posibles sólo con guitarra, bajo y batería. Sin partes extra ni otros instrumentos". Lo suyo se ha llamado pospunk, pos-hardcore y arrollador indie-rock. Y sus contadas visitas a España siempre dejan huella. Además del festival barcelonés en esta ocasión recalarán, del 2 al 4 de junio, en Madrid, Gijón y Bilbao. "Carecemos de caché fijo. Preferimos que las entradas se mantengan tan baratas como sea posible. No queremos que nadie pierda dinero. Cobramos lo que quede tras los gastos". No choca, pues, su relación con el sello de Chicago Touch and Go, famoso por ir al 50% con sus artistas.
Apologetas de lo analógico, presumen de tocar para ellos mismos, aunque en escena inciten al público a preguntar: "Sobre el grupo o de nuestras vidas, aunque no aceptamos peticiones", dice. Una mezcla de cercanía e individualismo que, viniendo de ellos, a nadie sorprende.
Babelia
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