"La industria acalló a los cineastas independientes de los noventa"
El director Hal Hartley aporta su personal visión al 'thriller' en 'Fay Grim'
Continuación libre y lúdica de Henry Fool, merecedora del premio al mejor guión en Cannes en 1998, Fay Grim, la última película de Hal Hartley (Nueva York, 1959), llega a las pantallas españolas cuando su director está pendiente de otro estreno con amplio margen de riesgo: su bautismo de fuego en De Nederlandse Opera como responsable de la puesta en escena del complejo montaje teatral de La commedia de Louis Andriessen. "Nunca había dirigido una ópera, pero Andriessen es un gran amigo. He aprendido mucho sobre música trabajando a su lado", afirma el cineasta, que ha rodado una suerte de película fragmentaria, con ecos de la pintura de El Bosco, como parte integral de este espectáculo que se apoya en La divina comedia de Dante.El estreno de La commedia el próximo 12 de junio en Ámsterdam supondrá la puesta de largo de la colaboración más ambiciosa entre ambos creadores.
Quizás el futuro de lo que un buen día se llamó cine independiente esté, definitivamente, fuera de las salas de cine. "La industria acalló a los cineastas independientes de los noventa, pero eso es natural", reconoce Hartley, "la fuerza motriz del cine es el negocio y el negocio es conservador por naturaleza. Al final, se acaba produciendo algo convencional con la pátina de cine independiente. Es el resultado de un proceso inevitable: lo indie es hoy una apariencia, y no una sensibilidad". Películas como La increíble verdad (1989) o Simple men (1992) colocaron su nombre en el punto de mira de todo cinéfilo con hambre de novedad -aunque, en realidad, lo suyo tenía mucho de Godard recalentado- pero, tras el considerable reconocimiento crítico de Henry Fool, la carrera de Hartley, como la de tantos otros compañeros de generación, fue difuminándose. Con todo, Hartley puede ser considerado todo un superviviente de ese fenómeno indie que arrancó con el éxito en 1984 de Extraños en el paraíso, de Jim Jarmusch: "Su película cambió la manera de pensar de la industria y eso hizo posible que durante los dos años siguientes pudiesen salir proyectos más difíciles. Nos empeñamos en hacer las películas que nosotros queríamos y de la manera que queríamos, fuera de las corporaciones. Ahora, tantos años después, cada vez es más difícil reunir dinero para los proyectos. El negocio cambia cada dos años y hay que aprender nuevas técnicas para solventar la financiación. No me puedo quejar: he tenido éxito y he hecho las películas que quería. Me gustaría tener suficiente dinero para ser mi propio productor, pero no puedo quejarme demasiado. La situación podría ser mejor, eso es todo", señala.
En Fay Grim, el cineasta vuelve al universo de Henry Fool: al microcosmos de vidas tocadas por la excesiva presencia de un poeta maldito (Henry Fool) cuyas confesiones podrían alterar el nuevo orden mundial. "En el arte hay toda una tradición de personajes diabólicos, mefistofélicos, pero que también tienen algo de payaso", precisa. "Hay muchas historias folclóricas sobre la llegada del diablo a una ciudad y los problemas que se derivan de su presencia. El diablo funciona como catalizador: la gente de la ciudad repiensa sus decisiones, siente el impulso de reflexionar". Fay Grim, interpretada por Parker Posey, es la esposa de este esquivo personaje, cuya trayectoria vital parece esbozar una historia secreta del mundo contemporáneo: "Tanto en Henry Fool como en Fay Grim se reflexiona sobre el estado del mundo en nuestra época. Lo que caracteriza nuestra contemporaneidad no es tan diferente de lo que ocurría en otras épocas: la gente tiende a pensar localmente. Siempre pensamos en términos de familia, de los nuestros, y ésa suele ser la base de los problemas. En la película, Fay es una americana buena que no sabe mucho del mundo y tiene que aprenderlo rápidamente"."Cada vez es más difícil reunir dinero para sacar adelante nuevos proyectos" "No me puedo quejar; he tenido éxito y conté las historias que quería"
Babelia
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