Calderón anuncia un plan para paliar la crisis de los alimentos y la pobreza

El presidente mexicano, Felipe Calderón, ha puesto en marcha un plan para paliar los efectos de la crisis económica tras el parón de la actividad de Estados Unidos -donde México exporta el 80% de sus productos- y de la escalada de los precios de los alimentos y los combustibles. El plan incluye inversiones en obras públicas, subsidios a los carburantes y alimentos, ayudas a la agricultura y la liberalización de la importación de materias primas.

El Gobierno prevé un fuerte recorte del gasto, a pesar de que está embarcado en una feroz guerra contra el narcotráfico que consume una cantidad ingente de recursos y dinero.

En un discurso al país el lunes, Calderón dijo que el plan de emergencia incluye "un complemento en dinero para fortalecer los ingresos de casi 5,3 millones de hogares", que agrupan a unos 26 millones de pobres. Anunció también que recurrirá a los cerca de 12.500 millones de euros acumulados por la venta de petróleo a precios extraordinarios para mantener a raya el coste de los carburantes en México, manteniendo los subsidios al precio de la gasolina, el diésel y el gas licuado.

Se prevé un recorte del gasto, a pesar del coste de la guerra contra el narcotráfico

Calderón se refirió a la crisis de los alimentos por el alza de precios: "Cualquiera que sea la causa de este fenómeno mundial, lo cierto es que afecta especialmente a países en desarrollo, como México, y a las familias más pobres... La prioridad de mi Gobierno es que los mexicanos puedan vivir mejor", afirmó.

Calderón ha ordenado la eliminación de los impuestos que gravan la importación de trigo, arroz, soja, sorgo y maíz, así como la reducción a la mitad de los de importación de leche en polvo, y la autorización de una cuota de importación de frijoles libres de aranceles.

En paralelo, para impulsar la agricultura, el Gobierno eximirá de impuestos a la importación de fertilizantes y ampliará la oferta de créditos a bajo interés a todos los pequeños productores agrícolas. Esta medida beneficiará a más de medio millón de pequeños agricultores. Por último, el Estado dedicará unos 1.200 millones de euros para financiar la compra de tractores, maquinaria y equipos para modernizar el campo e incrementar la producción.

El resto del plan tiene que ver con programas de auxilio directo a los pobres, que incluyen el control del precio de la tortilla de harina de maíz, alimento básico mexicano. Calderón aseguró que el Gobierno trabajará en la "integración de una reserva estratégica de maíz", y advirtió que se sancionarán las prácticas abusivas de productores y comerciantes. "No toleraremos especuladores ni acaparadores", afirmó.

Además, los programas contemplan el aumento de la ayuda económica: "Es un complemento en dinero para fortalecer los ingresos de los hogares inscritos en diversos programas del Gobierno federal, lo cual significa que estaremos apoyando a casi 26 millones de mexicanos", explicó el presidente.

El analista económico Luis Acevedo opina que el plan "llega tarde y que, además, se anuncia sin tener idea de lo que se está haciendo". "Si se desmantelan los aranceles, los beneficiarios serán los grandes productores, los ricos que tienen el control de la alimentación en el país. Se trata de grandes productores de pan, tortilla, harinas y aceites, que tienen toda una cadena de intermediación que encarece el producto final en las ciudades". Sobre la pobreza, indicó que las medidas de Calderón llegarán únicamente a una parte de los mexicanos ya inscritos en programas de ayudas puesto que, según el analista, los pobres son muchos más de los que ha calculado la Administración.

Acevedo cree que es urgente que el Gobierno logre que el campo sea más productivo y que apuntale la economía de la gente que más lo necesita, ya que con subsidios como el que se otorga ahora a los combustibles, no hace más que beneficiar a los mexicanos que más tienen.

El politólogo Rubén Aguilar escribió en el diario El Financiero: "El aumento del precio de los alimentos en el mundo llegó para quedarse. Una prioridad de la política nacional debe ser garantizar el abastecimiento a precios accesibles. El presidente Calderón ha dicho que la seguridad alimentaria es un asunto de Estado y que su Gobierno está decidido a defender la economía familiar, en especial de quienes menos tienen. Hay que dar seguimiento a este compromiso".