Bancaja busca inversores para su complejo inmobiliario en el Caribe

El Grupo Bancaja escenificó ayer en Valencia su participación como promotor y financiero en el mayor complejo residencial que se está construyendo en la Riviera Maya, en el Estado de Quintana Roo (México), a través del Grupo Grand Coral, del que posee el 45% y comparte con el Grupo Mar de Benidorm (35%) y otros pequeños accionistas valencianos y mallorquines.

El grupo tiene el propósito de ceder parcelas a iniciativas ajenas

El proyecto Grand Coral, que ocupa una superficie de 230 hectáreas y albergará 6.900 viviendas, supondrá una inversión de 2.000 millones de euros, y, por el momento, el grupo ya ha desembolsado 550 como financiación de préstamos, según explicó el director general adjunto de Participadas, José Cortina. El presidente de Bancaja, José Luis Olivas, matizó que se trata de un "proyecto abierto" que irá incorporando a otros inversores en las distintas parcelas del complejo a lo largo de las 14 fases planificadas durante 15 años.

En ese sentido, Bancaja reunió ayer por la tarde a los principales empresarios del sector de la construcción en Valencia, así como a los representantes de los promotores, para presentarles el proyecto y tratar de atraerlos a la operación en un momento en que aquí sufren las consecuencias de la restricción crediticia. La idea de Bancaja no es desarrollar todas las parcelas del proyecto sino cederlas, por lo que la aportación económica final del grupo estará en función de la participación ajena.

Olivas justificó la participación de Bancaja en este proyecto, que se inició en 2005, en la apuesta de apoyo a los grupos hoteleros en el Caribe y a la necesidad de diversificar el negocio y también "por la diversificación geográfica, que es muy importante". En ese sentido, aseguró que el Caribe es una zona de gran posibilidad de desarrollo, y sobre todo Quintana Roo, ya que se encuentra a poco más de dos horas de avión desde los Estados Unidos.

El director general del Grupo Grand Coral, Jordi Mercadé, trató de aislar este Estado mexicano de la crisis generalizada que envuelve a la economía mundial y al sector inmobiliario a partir de las dificultades crediticias. Según Mercadé, Quintana Roo reúne condiciones distintas, como el acceso fácil al crédito, el crecimiento de la clase media y una expectativa de 50 millones de jubilados norteamericanos, que alejan el proyecto de cualquier incertidumbre. El gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, hizo lo propio al asegurar que la crisis es producto del petróleo y México se salva por ser productor petrolero.

El precio de los apartamentos oscila entre los 570.000 y 1.590.691 dólares, y aunque la Constitución mexicana prohíbe adquirir propiedades directas a los extranjeros en una amplia zona de la franja costera, la ley permite inversiones a través de un contrato de fideicomiso (manteniendo la propiedad del inmueble durante 50 años).