Los pescadores dejan de faenar por el precio del carburante

Los armadores del puerto de Barcelona decidieron dejar ayer el barco amarrado, y de forma indefinida. Instados por los pescadores franceses, que llevan una semana de movilizaciones, los buques barceloneses decidieron adelantar el paro que debía empezar el próximo viernes para exigir al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino que adopte medidas para paliar la subida del combustible. Los puertos de El Port de la Selva y Roses (Alt Empordà) secundaron la protesta ayer mismo.

Josep García, portavoz de los armadores, explicó que los pesqueros franceses llamaron a los de Barcelona para que con su ejemplo arrastrara al resto de puertos españoles. Lo mismo hicieron en Bélgica, Italia y Portugal. En España, el paro convocado por la Confederación Española de Pesca (Cepesca) debía empezar el próximo viernes.

La patronal reclama al Gobierno medidas para compensar la escalada del precio de los carburantes y el control de las importaciones. "La pesca, así, no es viable. Los costes de producción son muy elevados. No es rentable salir al mar, puesto que los precios se fijan en subasta, los determina el comprador", explicó García.

Cada cofradía debía decidir ayer si secundaba el paro para comunicarlo hoy a la federación nacional. Los puertos de Tarragona no faenan por la parada biológica a la que están obligados, pero expresaron su solidaridad. Los que quedaban activos en la Costa Brava debían decidirse anoche, igual que el de Arenys de Mar. Los armadores de Barcelona esperaban que en breve "el paro se extienda a toda Cataluña".

El secretario general de Pesca, Juan Carlos Martín Fragueiro, afirmó tras una reunión con las cofradías que el Gobierno central buscará "fórmulas para reducir la dependencia energética" y que convocará una reunión con el sector y las suministradoras de combustible. Sin embargo, advirtió de que no habrá "vías de subvención directas" porque no son compatibles con la normativa comunitaria.