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La disputa entre tres facciones amenaza con romper el PP de Santiago

El portavoz del partido, Conde Roa, no tiene apoyos para ganar el congreso

La gestora que pretendía pilotar el nuevo rumbo del PP de Santiago en la era posFraga no sólo no ha restañado las heridas entre dos sectores irreconciliables, sino que amenaza con romper el partido ahora en tres facciones distintas. Pese a ser la fuerza más votada en las últimas municipales, con once ediles, la agrupación local ni siquiera ha conseguido completar la lista de 52 compromisarios que tiene asignados para el congreso que el próximo sábado, 31 de mayo, elegirá al presidente provincial de A Coruña.

Los populares compostelanos enviarán al cónclave a 48 representantes mientras aguardan la fecha en que se elegirá a la nueva dirección de Santiago, en manos de una gestora desde hace más de dos años. De momento, las dos familias conservadoras, enfrentadas durante casi 20 años, que comandan el ex secretario general, David Pillado, y el actual portavoz del grupo municipal, Gerardo Conde Roa, hombre muy próximo al presidente regional, Alberto Núñez Feijóo, han anunciado que presentarán candidatura y han agudizado su guerra, ya nada soterrada, por el poder.

Por segunda vez desde diciembre, el aparato del partido, que controlan los colaboradores de Conde Roa, ha paralizado las fichas de afiliación de 71 nuevos militantes avaladas por el entorno de Pillado. La directiva de los populares alegó primero que algunas de las firmas de las solicitudes fueron falsificadas, una acusación que respaldó con un informe de peritos calígrafos enviado al comité de derechos del PP regional que, dos meses después de los hechos, todavía no se ha pronunciado.

La respuesta de Pillado, un histórico que ha controlado el partido durante dos décadas, ha sido convencer a los 71 interesados para que refrendasen ante notario su compromiso de afiliarse al PP, cosa que hicieron todos. Pero las fichas siguen paralizadas, según los dirigentes de la gestora por no aportar los datos para la domiciliación bancaria de las cuotas, un requisito que no figura en los estatutos del PP y que no se exijió durante la última campaña de afiliación promovida por la dirección regional.

La batalla interna, cada vez menos disimulada, ha salpicado incluso a los negocios privados de David Pillado y Gerardo Conde Roa, ambos vinculados al sector de la construcción. En noviembre, este último acusó a Pillado en una reunión interna ante los compañeros de partido de haber convertido la sede local del PP "en una inmobiliaria" y de pactar mociones con el Gobierno de Santiago "a cambio de recalificaciones" urbanísticas. La venganza de Pillado en las últimas horas ha sido celebrar públicamente los problemas de Geslander, la inmobiliaria de Conde Roa, con el fisco municipal, al que adeuda 7.000 euros en recibos del IBI. La cabeza visible del PP en el ayuntamiento de Santiago de Compostela alegó cambios de domicilio de sus sociedades para reprochar al Ayuntamiento que no hubiera mandado los recibos a la oficina del grupo municipal del PP. La explicación le sirve ahora a su eterno rival para reprochar la utilización de "la casa de todos los compostelanos en beneficio de las empresas de Gerardo Conde Roa", tal y como declaró ayer David Pillado a este diario.

En su empeño por colocar a su hijo Carlos de presidente del PP local, Pillado ha buscado el acuerdo en las últimas semanas con los representantes de una tercera vía, una generación más joven que pide renovar y dinamizar el partido y que encabeza el dirigente Pedro Mouriño, enfrentado también a Conde Roa. Juntos aglutinan dos tercios de poder en la actual gestora y un importante número de apoyos entre la escasa militancia interesada en la vida orgánica del PP compostelano.

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La acumulación de cargos de Conde Roa, que además de portavoz municipal es también diputado en el Congreso -lo que le obliga a residir tres días a la semana en Madrid- y el desgaste de la batalla interna de los últimos meses han hecho cundir el pesimismo entre varios de sus colaboradores, que dudan incluso de que Conde Roa concurra al Congreso. A su favor, pesa la petición de Alberto Núñez Feijóo a los cabezas de lista de las siete ciudades para que se pongan al frente del partido en sus feudos.

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