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Blasco: "A nadie se le va imponer ninguna cultura ni tradición"

El consejero de Inmigración se reúne con 40 asociaciones de inmigrantes

"A nadie se le va a imponer ninguna cultura ni ninguna tradición. A nadie se le va a imponer nada". El consejero de Inmigración y Ciudadanía, Rafael Blasco, se mostró así de taxativo sobre el proyecto de Contrato de Integración que impulsa la Generalitat y que, desde su anuncio, desató una polémica de calado entre los inmigrantes.

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Pero desde el anuncio inicial hasta ahora las cosas han cambiado. Diferentes portavoces de las 40 asociaciones de inmigrantes con las que el consejero se reunió ayer coinciden en señalar que se trabaja "desde el diálogo y el consenso. Ya nadie habla de contrato, sino de compromiso". Una de las asistentes al encuentro con el consejero fue muy clara: "Si es verdad lo que dijeron ayer, es imposible estar en desacuerdo con el proyecto del consejero. Blasco nos ofreció poner al servicio de los inmigrantes los instrumentos para facilitar la integración. Cómo estar en desacuerdo".

El presidente de los Negros Africanos de Valencia, Philippe Wobiwouo, subrayó la importancia de la integración porque "cuando se emigra de un lugar a otro, se necesita aprender la cultura del lugar de acogida". Germán Fernández, de la Asociación Española de Inmigración en la Comunidad Valenciana, afirmó que el Consell "está abriendo puertas y este proyecto de integración no puede verse como una amenaza". El presidente de la Comunidad Islámica de Valencia, Abdue Rahim, subrayó el "diálogo fructífero que se abre en una sociedad multicultural" y Amparo Sánchez, presidenta del Centro Cultural Islámico, destacó que junto al compromiso de respetar las diferentes culturas, la consejería asumió el respeto a las distintas religiones.

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El consejero opinó que la polémica inicial a su proyecto se debió a "un malentendido" porque se trata de una iniciativa que pretende "garantizar la dignidad de las personas" a través de un proyecto que "respeta el marco constitucional y que se llevará a cabo con la colaboración del Gobierno de España".

El apoyo al Contrato de Inmigración, sin embargo, no es unánime. La Asociación Rumiñahui, que agrupa a la mayoría de los inmigrantes ecuatorianos, cree que es una medida "para dividir a los españoles de los inmigrantes" y exigió a Blasco que dijera qué es "exactamente" lo que hay que firmar. Las asociaciones contrarias al contrato han convocado hoy una concentración.

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