La Boqueria crecerá a costa de la reforma de la plaza de la Gardunya
Las obras empezarán en 2009 por el aparcamiento y durarán varios años
El mercado de la Boqueria de Barcelona crecerá más y, sobre todo, mejorará la fachada que da a la plaza de la Gardunya. Lo hará mediante la reforma integral a la que se someterá la plaza a partir del año próximo: el aparcamiento, la construcción de viviendas nuevas, el derribo de varias fincas para dar espacio a la nueva Escola Massana y la apertura de un pasaje que comunicará la plaza con el interior de los jardines del antiguo hospital de Sant Pau.
De la Gardunya desaparecerán los coches y se creará una plaza con espacio para terrazas y para paseantes. Nada que ver con el cuarto trastero que ha sido durante décadas en las que, pese a todo, en los últimos años se ha producido un cierto renacimiento con la apertura de pequeños restaurantes y terrazas al lado del pasaje Mil Vuit-cents.
La intervención, una de las de más calado en Ciutat Vella después de las operaciones de la Rambla del Raval y Santa Caterina-Casc Antic, se prolongará durante más de cuatro años. El Ayuntamiento -que ha rehusado informar de los cambios con el argumento de que convocará una rueda de prensa al efecto- quiere que sea una de las intervenciones estrella de este mandato. Es una reforma en la que trabajan simultáneamente varios despachos, como el de la arquitecta Carme Pinós, que ganó el concurso, y PCG Enginyeria i Arquitectura, entre otros.
La Boqueria se sometió a una renovación de sus instalaciones hace nueve años -que costó 1.400 millones de pesetas- y ahora encara más obras. Especialmente la parte de atrás, que crecerá al anularse toda la zona de carga y descarga actual y también las instalaciones que compactan los residuos. El edificio de oficinas permanecerá igual. No así todo lo que le rodea. Las naves que albergan los puestos de alimentación crecerán hacia la plaza. En ese nuevo espacio se resituarán los puestos que se verán afectados por la colocación de una batería de ocho ascensores. La puerta de atrás del mercado tendrá un tratamiento tan noble como la que da a La Rambla. La primera planta del aparcamiento se destinará íntegramente a todos los servicios del mercado de almacenaje, cámaras frigoríficas y carga y descarga de los camiones. Las otras dos plantas serán de aparcamiento. Habrá otros dos ascensores en la parte más central del mercado, de uso exclusivo de los comerciantes. Para los vendedores del mercado es muy importante todo lo relacionado con el aparcamiento. "No sólo para la carga y descarga, sino para dar servicio a los clientes", resume el presidente de la junta, Manuel Ripoll, un veterano que se echa las manos a la cabeza al recordar que a alguien -un técnico municipal- se le ocurrió proponer la zona de carga y descarga de forma provisional por la mismísima Rambla.
El aparcamiento crecerá en cerca de 150 plazas -pasará de 340 a 490- porque ocupará todo el perímetro de la plaza. A él se accederá por la calle del Carme y se saldrá por la del Hospital. No está cerrada la negociación con la empresa que lo gestiona, Interparquing Hispania. "Tenemos la concesión vigente y se está hablando", puntualizó un responsable de la firma. El plazo que resta es de unos 10 años y todo parece indicar que cerrará mientras duren las obras.
Los que no tienen noticias concretas son los afectados de las fincas que serán derribadas con frente a la calle del Canonge Colón y los de los números 50, 52 y 54 de la calle del Hospital. "Nos dijeron que esta parte de la plaza va para largo, hasta que no construyan los pisos para realojar a los afectados", explica el propietario de un local. Ese bloque se alzará en un solar -ya libre- en el lado norte de la plaza, frente a los jardines del doctor Fleming.
Pasaje al jardín
La última pieza de la reforma de la plaza de la Gardunya será el traslado de la Escola Massana a un nuevo edificio diseñado por Carme Pinós que se alzará al sur y girará hasta la calle del Hospital. Se trata de un traslado complejo por el espacio que requiere. "Al final, serán unos 5.000 metros cuadrados útiles distribuidos de forma singular", resumía su director, Ferran Signes. La conexión de la plaza con el interior de los jardines de Rubió i Lluch se realizará por un pasaje, todavía en fase de concreción. La alternativa de derribar un edificio que se construyó anejo a las paredes centenarias para abrir un paso mayor ha sido descartada. Desde la Escola Massana el traslado todavía se ve lejos. No en balde se lleva más de dos mandatos con la reforma de la plaza de la Gardunya a vueltas.
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