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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Zélia Gattai, mujer de grandes amores

Académica brasileña, era viuda del escritor Jorge Amado

Juan Arias

Zélia Gattai, hija de emigrantes italianos, nacida en São Paulo, que falleció a los 91 años el sábado pasado en un hospital de Salvador de Bahía tras una grave operación de estómago, fue siempre una mujer de grandes amores. El primero, por su marido, Jorge Amado, uno de los mayores escritores brasileños de todos los tiempos, y despues por la literatura. Zélia coqueteba de sus 57 años de matrimonio con Amado afirmando: "Jorge siempre me decía: 'Al posar por primera vez los ojos en ti, mi corazón disparó". A la muerte del escritor, ella colocó en su despacho una foto gigante de él: "Es como si me estuviera guiñando un ojo", solía comentar.

Zélia fue más que la mujer de una vida del gran poeta Amado. Ella misma fue una gran escritora, miembro de la Academia de las Letras. Empezó a escribir en 1979, a la edad de 63 años, una especie de biografía titulada Anarquistas, gracias a Dios. A partir de entonces ningún género se le escapó: novelas, memorias, literatura infantil. Pero escribió sobre todo de "su Jorge Amado", de quien contó los dolorosos y tristes últimos años de su vida. El gran poeta no quería morir y odiaba la vejez. Tambien ella confesó con gran fuerza humana, próxima a su fin, que "tenía miedo a la muerte". Sus primeros escritos los inició animada por su esposo, que le dijo: "Escribe el libro de tu infancia. Tienes mucho que contar. Ahora, te doy un consejo: no pretendas hacer literatura. Tú eres una persona simple". Pero Zélia hizo tambien literatura.

Con más de medio millón de ejemplares vendidos de sus libros, traducidos a los principales idiomas, fue apellidada "memorialista", por el poeta Ivan Junquera, miembro también de la Academia, quien escribió ayer: "Muere una memorialista, en un país de poca memoria. Con ella muere un linaje de escritores que cuidaron siempre de la memoria".

Para el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, Zélia "fue el símbolo de la fuerza, de la dulzura y de la perseverancia de la mujer brasileña, características presentes en toda la literatura".

Sus cenizas fueron esparcidas, por voluntad suya, en el jardín de la casa donde vivió el apasionado matrimonio durante más de medio siglo. Ahora ese lugar será convertido, por deseo de la municipalidad y de Gilberto Gil, el bahiano ministro de la Cultura, en un centro cultural y lugar de peregrinación para los amantes de la literatura.

Amado y su esposa Zélia quisieron Bahía hasta el delirio. Amaban su tierra, la cantaron, la hicieron conocer al mundo, y hoy descansan, juntos, en un verdadero abrazo de amor literario.

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