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Reportaje:

El silencioso poder de los andaluces en Madrid

Los socialistas persiguen una mayor coordinación

Lourdes Lucio

Sólo mencionar la palabra lobby lo niegan de manera categórica. No son ni quieren que se les considere miembros de un grupo de presión, pero los diputados, senadores y altos cargos andaluces del Gobierno central en Madrid actúan cada vez más de manera organizada con un objetivo claro, el de que "el Sur exista en Madrid y Madrid exista en el Sur", reconoce el onubense Javier Barrero, secretario primero de la Mesa del Congreso.

Barrero, Carmen Hermosín, secretaria federal de Política Autonómica del PSOE, Mamen Sánchez, miembro de la dirección del grupo parlamentario, y Antonio Gutiérrez Limones, portavoz adjunto en el Senado, han creado un equipo de coordinación al que se le quiere dar en esta legislatura un empuje definitivo.

En la anterior, fue Alfonso Perales, fallecido a finales de 2007, el que hizo de maestro de ceremonias. Y no sólo entre diputados y senadores, sino entre los altos cargos del Gobierno de la nación. Perales convocó un par de cenas con secretarios de Estado, secretarios generales y directores generales andaluces para "ponernos de acuerdo en temas que afectaban a Andalucía", según asegura un actual alto cargo del Gobierno que prefiere que no se le cite.

Estas reuniones han trascendido ahora, lo cual describe a la perfección la forma de actuar de los andaluces. Se notan, pero no se ven. "Nosotros no vamos radiando nada y no hacemos alardes. Es la escuela de Manuel Chaves", afirma el vicepresidente primero, Gaspar Zarrías.

Al presidente de la Junta siempre le han molestado mucho las filtraciones anticipando sus pasos, lo considera un error de estrategia. Durante la negociación del Estatuto de Autonomía en Madrid, los ponentes socialistas y los altos cargos del Ministerio de Economía y Hacienda entablaron una "lucha feroz" a cuenta de la deuda histórica. Los "técnicos", como despectivamente llamaban los andaluces al equipo de ejecutivos dirigidos por el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña -con el que ahora deben negociar la financiación autonómica-, se negaban a que el Estatuto recogiera un plazo temporal para la cuantificación y el pago de la deuda histórica. Los "técnicos" argumentaban que una comunidad no ponía imponerle al Estado un compromiso de liquidación. El desbloqueo llegó cuando Manuel Chaves habló con el ministro Pedro Solbes y se puso en el Estatuto fechas para cuantificar y pagar.

"Ese es el estilo Chaves", afirma Barrero. "Consigue cosas y no deja heridas, no daña, sino que deja buen sabor de boca", subraya.

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José Andrés Torres Mora, diputado por Málaga y presidente de la comisión de Educación del Congreso, asegura que esta forma de actuar se debe a que los políticos socialistas andaluces tienen una "cultura política de suma positiva, mientras que la de otros es de suma cero". Los otros son los del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). "Aquí no hay exabruptos ni excesos y el balance es muy positivo porque nuestra acción está más pensada en términos de responsabilidad que de rentabilidad", dice.

Cuando se han repartido las presidencias de las comisiones en el Congreso, el resultado ha sido que el 30% de ellas están ocupadas por andaluces y que seis dirigen otras tantas portavocías. "No queríamos hacer ruido en el momento en que se estaba gestando eso. Si te pones amenazante, a la gente le resultas más antipático", asegura Carmen Hermosín. "En la dirección del grupo a Andalucía no se le discuten las cosas, es muy evidente su presencia", añade. La secretaria de Política Autonómica del PSOE dice que actúan por ahora de manera "informal", pero que lo que persiguen es estar "bien conectados y tener una buena relación con los ministerios más inversores y canalizar energías para que sean más rentables en las provincias". El portavoz adjunto en el Senado, Antonio Gutiérrez Limones, agrega: "Queremos que los planteamientos del PSOE andaluz se conozcan mejor en Madrid. Somos 27 senadores, el tercer grupo parlamentario después del PSOE y del PP".

"Aquí no hay ningún lobby ni lo va a haber. Lo que queremos es poner en valor lo que significa Andalucía para el apoyo de Rodríguez Zapatero, que sepa siempre que tiene 36 diputados detrás", la comunidad que más escaños aporta al PSOE, subraya Javier Barrero.

De todos los ministerios es sin duda el de Fomento, que dirige la malagueña Magdalena Álvarez, el que más altos cargos andaluces tiene. Ocupan las presidencias de Renfe, Adif y Aena y la secretaría de Estado de Infraestructuras, que ostenta Josefina Cruz Villalón. Ésta considera normal que los ministros se rodeen de personas de su confianza vinculadas a sus anteriores trabajos. "No sé si hay una comunidad de intereses, pero sí conoces de manera osmótica los problemas". Cruz Villalón asegura que hay una preocupación por Andalucía desde el punto de vista "personal", pero "no institucional". "Hay una complicidad por el mejor conocimiento del territorio. Si llega un alcalde o un diputado y me habla de una carretera andaluza es que la estoy viendo y así también llegas a ver antes los problemas. A partir de ahí, hay que decir que se ha invertido poco en Andalucía en la etapa del PP. Las inversiones eran del 12%, ahora del 18%".

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