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Los carodistas se autoproclaman la única opción "seria" para dirigir ERC

El líder de Esquerra alerta contra la política de "calçotada" de Puigcercós

Miquel Noguer

Quizá no fue el acto "masivo" que proclamó Josep Lluís Carod Rovira, pero el sector de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que avala a su actual presidente con vistas al congreso de junio y que encabezan Ernest Benach y Rafel Niubò, protagonizó ayer un verdadero acto de fuerza ante su principal rival, Joan Puigcercós. Más de 1.000 militantes arroparon a Carod, Benach y Niubò en un acto en Barcelona en el que el aún presidente de ERC llamó a elegir entre un partido "de gobierno" -que él dice representar- y una formación de "peña gastronómica", de "calçotada", dijo en referencia a Puigcercós.

A tres semanas para las elecciones primarias en Esquerra Republicana, el sector próximo a Carod ha apostado por autoproclamarse el único que puede hacer de la formación un actor "serio" en la política catalana. Achacan todos los golpes de timón del partido -comenzando por el cambio de opinión ante el Estatuto- a los forcejeos del sector de Joan Puigcercós para ganar protagonismo.

Ayer, en el polideportivo de la Nova Icària, el candidato de Carod a presidir ERC, Ernest Benach, llamó a "cambiar radicalmente las formas" después de que el candidato a secretario general, Rafel Niubò, llamara a mantener el pacto tripartito. "Nunca ganaremos si queremos renegociar los pactos; a la gente que no genera confianza no se la vota". Carod no dudó en desenterrar el episodio en que Xavier Vendrell, hombre de la máxima confianza de Puigcercós, dijo durante una calçotada del partido que ERC entregaría la presidencia de la Generalitat a Artur Mas si CiU apostaba por la vía soberanista. Vendrell tuvo que rectificar a las 24 horas.

Los carodistas hacen de la necesidad virtud al criticarle a Puigcercós lo que ellos han intentado sin éxito: controlar el aparato del partido. Carod llegó a insinuar ayer que Puigcercós ha utilizado su poder para acosarle: "Hemos sufrido linchamientos desde fuera y mobbing desde dentro".

El presidente de ERC no dudó, pues, en echar mano del estilo victimista que tantos réditos electorales le dio en las elecciones generales de 2004, cuando los republicanos lograron ocho diputados en el Congreso en medio del linchamiento instigado por el PP tras la reunión de Carod con la cúpula de ETA en Francia. "Si no fuera por Teresa [su esposa], ya hace tiempo que me habría marchado", vino a decir Carod.

El entorno del presidente de ERC admite que el favorito en estas primarias es el tándem Puigcercós-Ridao, pero se resiste a darlo todo por perdido. Considera que el discurso de cierta radicalidad que impulsa Puigcercós se ve desbordado por los otros dos candidatos, Joan Carretero y Uriel Bertran, algo que no haría más que dividir el pastel del voto con posiciones más maximalistas. De momento, Joan Ridao respondió ayer a Carod que debe estar con ERC "a las duras y a las maduras".

Ernest Benach, Josep Lluís Carod y Rafel Niubò, ayer, en el polideportivo Nova Icària de Barcelona.
Ernest Benach, Josep Lluís Carod y Rafel Niubò, ayer, en el polideportivo Nova Icària de Barcelona.EFE

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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