Orozco defiende su actuación

El alcalde de Lugo, el socialista José López Orozco, confía en encontrar una solución para el problema suscitado en el barrio de A Ponte con la adjudicación de viviendas de protección a familias gitanas y no entiende por qué 2.000 vecinos pidieron insistentemente su dimisión durante una protesta, el pasado jueves. "Entiendo a los vecinos y defiendo su derecho a que se puedan manifestar", argumentó el alcalde, para quien existe "una cierta manipulación por parte de algunos vecinos", cuando saben, agregó, que él no tiene "absolutamente ninguna responsabilidad".

Orozco recordó que el ayuntamiento se limitó a puntuar las solicitudes en función de un baremo, lo que dio lugar a la confección de una lista que se entregó a la Consellería de Vivenda, que realizó la adjudicación. "En este momento estamos pensando, reflexionando y buscando una alternativa para poder dar solución a un problema que se generó por un decreto del PP en 2004", enfatizó. "Mal me parece que alguien encienda una mecha, cuando son los responsables de un decreto mal hecho y que es el que ocasionó el conflicto que hay en este momento", precisó Orozco en alusión a que las primeras concentraciones de vecinos comenzaron con una visita de cargos públicos del PP al barrio.

De momento, los vecinos han optado por suspender temporalmente las movilizaciones, a la espera de que llegue una solución. Aún así, algunos padres persisten en la idea de no escolarizar a sus hijos en el colegio de A Ponte.