La BBK dio a Cearsolo la clave que usó para desviar fondos por Internet
Azkarate implica a los patronos privados en las operaciones con divisas
El gestor de las cuentas que el Museo Guggenheim tiene abiertas en la BBK facilitó al ex director de Administración y Finanzas del museo, Roberto Cearsolo, la clave bancaria con la que éste realizó transferencias fraudulentas a través de Internet, a pesar de que no podía hacerlo porque la única firma autorizada para operar con ellas era la del director general, Juan Ignacio Vidarte.
La caja achaca el hecho a un "abuso de confianza" del ex director financiero
Cearsolo, quien hoy declara por el desfalco ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao, desvió gracias a ese sistema cerca de 220.000 euros en 11 operaciones realizadas en 2004 y 2005 sobre el total de casi 487.000 euros que llegó a defraudar, según su propia confesión. El ex director financiero del Guggenheim solicitó la clave para operar el 9 de marzo de 2004, cuando también elevó sin autorización su disponibilidad de fondos en las sociedades Inmobiliaria (propietaria del edificio) y Tenedora (creada para comprar la colección) hasta los 100.000 y los 600.000 euros, respectivamente.
Vidarte atribuyó ayer en el Parlamento a "un error" que la entidad de crédito facilitase las claves a Cearsolo. El director general señaló en su comparecencia ante la Comisión de Cultura que será la caja la que deba responder del fallo con las medidas que considere oportunas. Fuentes de la BBK calificaron la cesión de la clave sin autorización como "una bajada de guardia" por el "abuso de confianza" de Cearsolo. Un gestor de la caja de ahorros trabajó directamente con Cearsolo durante seis años en los asuntos relacionados con el museo y las dos sociedades a él vinculadas.
La BBK ha abierto un expediente tras conocer que su empleado no cumplió con los "procedimientos habituales" y ha puesto en marcha sendas auditorías interna y externa para aclarar todos los movimientos relacionados con las cuentas implicadas en el desfalco.
Vidarte y la titular de Cultura, Miren Azkarate, explicaron en la Cámara la auditoria de la Tenedora de 2007, la primera desde 1998, que regulariza pérdidas en anteriores ejercicios por cambio de divisas por 3,6 millones de euros. La Tenedora contabilizó esas pérdidas en balances anteriores como gastos que implicaban un mayor valor del inmovilizado (las obras), en contra del criterio del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas.
Azkarate recalcó que la decisión de contratar por adelantado el tipo de cambio para comprar obras fue tomada en junio de 2002 por "la dirección del museo" dentro de su actividad ordinaria y asumida por la Tenedora tras haber escuchado al comité de Presupuesto y Finanzas. La consejera implicó en la decisión a un comité consultivo integrado por patronos privados de la Fundación Guggenheim Bilbao, pese a que se trata de un órgano relacionado con la gestión del museo sin vinculación con la Tenedora, una sociedad limitada integrada por el Gobierno vasco y la Diputación, a la que los patronos privados no hacen aportación alguna.
Azkarate recordó que en el comité asesor figuraban representantes de Arthur Andersen, Fundación Banesto, Ipar Kutxa, Mecánica de la Peña, la Bolsa de Bilbao y Tubos Reunidos, entre otros. "Nos pareció una decisión razonable y sensata", repitió. "No me veo diciéndoles [a los patronos del comité asesor] que no era así". Vidarte obtuvo la pasada semana el respaldo explícito de los patronos a su gestión, tras reunirles para informarles del desfalco.
El valor de las obras
La Sociedad Tenedora ha dedicado desde su constitución en 1995 más de 96 millones de euros a la compra de la colección de arte del Guggenheim. Su director general, Juan Ignacio Vidarte, volvió a contraponer ayer su revalorización a las pérdidas por comprar dólares a peor precio que el que cambió que marcó el mercado.
Al término de los planes cuatrienales de compra de obras, el Guggenheim encarga a la casa de subastas Sotheby's la valoración de su colección, "una práctica que no realiza ningún otro museo del mundo", dijo. Según la tasación de Sotheby's, el valor de las cerca de 90 obras se ha triplicado si se contabiliza en dólares, la divisa en que se compró la inmensa mayoria de ellas. Si la cuenta se hace en euros, su subida de los últimos años frente al dolar deja la revalorización en el doble.
Sotheby's estima que todas las obras han mejorado su cotización en dólares. El caso más espectacular es el de una pintura de Rothko, comprada en 1996 por 3,5 millones de dólares y valorada en 50 millones en 2007. Sólo una instalación de Beuys y dos pinturas de Saura no han subido su cotización como para compensar la pérdida de valor del dólar ante el euro, lo que obligó a contabilizar 1,6 millones de euros de provisiones en 2007.
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