8.000 euros de menos en un botín de 35.000
Los interrogatorios en el juzgado de guardia de Coslada (83.200 habitantes) han dejado interesantes afirmaciones de los policías acusados a preguntas de la juez y la fiscal. Algunos han reconocido parte de los delitos. Uno de los imputados fue interrogado por la desaparición de 8.000 euros de un botín recuperado de 35.500 en el atraco a un supermercado. Tres de ellos reconocieron que ese dinero había sido sustraído. También reconocieron que se habían quedado con parte de un alijo de marihuana. Se guardaron "una caja" de esta droga para uso personal en una orgía, según fuentes judiciales. Respecto al abuso de prostitutas, mantuvieron que no era un delito acostarse con una mujer si ésta accede y, sobre todo, si lo hacen fuera de su horario de trabajo y sin uniforme. Uno confirmó que sí mantuvo una relación sexual con una meretriz en un coche patrulla, pero añadió que se trataba de "un hecho ocasional". "¿Qué se debe hacer si una mujer llega a mandar hasta 120 mensajes de móvil para mantener una relación conmigo? Si una prostituta quiere acostarse conmigo gratis, no es mi problema", dijo uno, según fuentes judiciales. "Me ofrecí a ayudarla. Lo único que le dije es que si su chulo la extorsionaba, iría yo a detenerlo".
"Haremos lo posible"
A los agentes también se les ha acusado de entrar algunas noches en clubes y sacar a los clientes para quedarse con las mujeres. Los acusados lo negaron y señalaron que uno de esos locales (no especificaron cuál) es propiedad de un familiar de uno de ellos. Además, se les preguntó si habían agredido a un vecino rumano por haber provocado un accidente. Carlos, el número dos de la supuesta trama mafiosa, rechazó este extremo: sólo le protegió la cabeza para evitar que se lesionase al salir del coche. "Señoría, no tengo nada contra los rumanos. Mi mujer es rumana y está embarazada. También tengo muchos amigos rumanos", declaró.
"Se les está acusando sin pruebas. A mi cliente le han metido delito contra la salud pública
porque le han encontrado un bote de carnitina y un medicamento contra el cáncer en la taquilla del trabajo", explicó uno de los abogados. "Tranquilo, son delitos muy graves de los que te acusan, pero vamos a hacer lo posible para que salgas en libertad", tranquilizaba un letrado a uno de los detenidos en el juzgado.
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