"No habría entrado en una venta forzada de Aerolíneas"
El naviero Juan Carlos López Mena, argentino nacionalizado uruguayo de 66 años, dice que desconoce si el Gobierno argentino presionó a Marsans para vender Aerolíneas Argentinas. Y asegura que de haber sabido de la existencia de presiones, no se habría comprometido a comprar el 37% de la compañía. En comunicación telefónica desde uno de sus barcos, que lo llevaba el viernes de Buenos Aires a Uruguay, López Mena da detalles de la operación por la que se quedará con el control de Aerolíneas, que a su vez absorberá el 100% de Austral, la empresa de vuelos nacionales que Marsans tiene en Argentina.
Pregunta. ¿Hubo una operación hostil del Gobierno de Cristina Fernández para que Marsans vendiese Aerolíneas? ¿Qué papel desempeñó usted?
"Los trabajadores estaban como huérfanos. Pascual tiene que delegar"
Respuesta. No participé en ninguna operación y desconozco si existió. Si hubiera sabido que había una operación, jamás habría entrado en el negocio. Estuve con Gonzalo Pascual [presidente de Marsans, que se quedará con el 33%] el miércoles y me dijo que con gusto iba a ser mi socio. Le respondí que aceptaba si él me acompañaba y estaba gustoso de hacerlo. Tengo mucho afecto por España, donde trabajé y donde nacieron mis padres.
P. ¿Cuándo empezó a negociar?
R. Hace una semana le informé por carta de que tenía la intención de entrar en Aerolíneas y nos reunimos el miércoles en Buenos Aires. Nos conocíamos de España porque mi empresa, Buquebús, hacía la conexión Barcelona-Baleares y tenía un convenio con Spanair. Buquebús hace ahora la ruta Algeciras-Ceuta, pero hace cinco meses yo vendí mi participación en España. También vendí en Estados Unidos. Ahora tengo 15 barcos: 12 que conectan Argentina y Uruguay y tres que hacen Escocia-Irlanda e Italia-Croacia.
P. ¿Por qué Marsans, que no quería ceder la gestión de Aerolíneas, se la entregará a usted?
R. Debería preguntárselo al señor Pascual. Él me convenció a mí. Necesita que alguien la gestione porque él está en España. Buquebús vende billetes aéreos y tenemos contacto con los empleados de Aerolíneas: ellos siempre manifestaban que estaban como huérfanos. Recibimos llamadas y mails de ellos felicitándonos porque ahora van a tener con quien hablar. El señor Pascual no puede vivir en Argentina y tiene que delegar.
P. ¿Quiere una subida de tarifas y subvenciones, como pedía Marsans al Gobierno argentino?
R. Yo no aspiro a nada porque aún no tengo Aerolíneas. Marsans puede aspirar porque la tiene. No es cierto que yo plantee exigencias. Ahora aspiro a que se haga la auditoría de compra para definir si el señor Pascual quiere venderme el 37% de Aerolíneas. También acordamos con el señor Pascual y el Estado argentino [que comprará a Marsans el 25% y cederá después 10% a los empleados de la aerolínea] que tres compañías valoren Aerolíneas. No tengo idea de cuánto vale.
P. ¿Se comprometió con usted el secretario de Transporte argentino, Ricardo Jaime, a aumentar tarifas y subvenciones?
R. Ni hablé con él.
P. En Aerolíneas hay siete sindicatos y las huelgas son recurrentes...
R. No tengo temor porque en mi empresa hay seis sindicatos y yo negocio personalmente. Si hubiera dejado la negociación en manos del director de relaciones públicas, habría tenido mil huelgas. El problema es la falta de liderazgo.
P. ¿Tampoco le teme a las pérdidas de Aerolíneas?
R. Si la empresa diera ganancias, no estaría hablando con usted. Tengo experiencia de que las empresas son recuperables.
P. Sus críticos dicen que a usted le gustan más los monopolios que la competencia.
R. Yo soy producto de la competencia. El mercado del transporte de pasajeros en el Río de la Plata está desregulado, cualquiera puede competir. Cuando vino la crisis, todos mis competidores huyeron. Nosotros soportamos tres años de pérdidas. El éxito genera envidia.
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