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Eguskiza pidió el relevo de Lazpiur sin el respaldo de la federación del Metal

Los empresarios alaveses se muestran neutrales ante la pugna abierta

José María Vázquez Eguskiza, presidente de la patronal vizcaína, Cebek, no lo va a tener fácil en su tercer intento de auparse a la presidencia de Confebask. El pasado martes, en una nota de prensa, anunció el propósito de la territorial vizcaína de romper con el tradicional turno rotatorio entre patronales. Y aunque él no ha confirmado su candidatura, en fuentes empresariales se da por hecho que aspira al cargo.

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Para conseguir su objetivo, el presidente de Cebek precisa del apoyo de los empresarios alaveses, de SEA, pero también de su propia organización. Ayer, el presidente de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM), integrada en Cebek, Ignacio Sáenz de Gorbea, mostró su desacuerdo con la nota de prensa de la patronal. Abrió de esta manera una fisura en la organización, que deja al descubierto que la decisión comunicada el martes no fue por unanimidad, en contra de lo manifestado en su propio escrito.

Vázquez Eguskiza, tal y como adelantó ayer EL PAÍS, no cuenta con la unanimidad en el seno de su organización. El equilibrio de sus fuerzas es precario y los empresarios prefieren que el debate sobre la presidencia de Confebask se mantenga de puertas a dentro. El líder de los empresarios vizcaínos se va a enfrentar al actual presidente, Miguel Lazpiur, que, apoyado por su territorial, la guipuzcoana Adegi, aspira a ocupar el puesto durante otro mandato de tres años.

Las elecciones en el seno del consejo general de Confebask se celebrarán el próximo julio. Vázquez Eguskiza precisa el apoyo de su territorial y de, al menos, otra más. Cada patronal cuenta con 10 votos y la confederación, con dos. El presidente de SEA, Juan José Azurmendi, quiso ayer en Vitoria quitar hierro al debate de sucesión y adoptó una postura equidistante. "Tanto Adegi como Cebek tienen su punto de razón", llegó a decir para evidenciar su principio de imparcialidad en esta pugna abierta.

Asímismo, aseguró que SEA no mantiene ninguna postura oficial y que su organización patronal analizará la cuestión antes de julio. Azurmendi rechazó que haya enfrentamiento y, como ya viene siendo habitual entre los empresarios, dijo que es un tema interno en el que la postura de Cebek puede ser discutida conforme a los estatutos de Confebask. "Trataremos de buscar la mejor solución para los empresarios alaveses", dijo.

Tras expresar en público su discrepancia, Sáenz Gorbea se cerró después en banda. No quiso profundizar en la decisión o no de que Cebek se postule por la presidencia, pero sí atacó las formas empleadas. Aseguró que la FVEM no estaba de acuerdo con las nota de prensa y que así lo habían comunicado antes de que se enviara. "Esas cosas hay que analizarlas internamente y no lanzarlas a los medios de comunicación", indicó.

La realidad es que las palabras de Sáenz Gorbea cierran el círculo de la crisis en las patronales vascas. Mientras Adegi y SEA intentan salir de los conflictos que arrastran los últimos meses, Cebek plantea por vez primera en público sus desavenencias. La decisión de la presidencia de Cebek ha abierto no solo una crisis entre las territoriales, sino también en su propia organización. En el fondo de todas las polémicas empresariales hay una lucha por el poder que esta muy marcada por la política. Desde que en 2002 mostraran su discrepancia con el plan Ibarretxe, los empresarios han vivido una tensión camuflada y han rehuído de cualquier pronunciamiento sobre cuestiones políticas.

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