El tripartito exhibe unidad en el Parlament por la sequía
El convergente Francesc Sancho acusa a la Generalitat de mentir
El juego parlamentario pocas veces permite ver con claridad qué sucede entre los partidos. Ayer el debate sobre la gestión de la sequía en Cataluña fue un gran ejemplo de ello. Fue CiU la que en dos ocasiones -mediante una interpelación al consejero Baltasar y también con una moción- trató de que el Gobierno catalán reconociera ligereza en sus gestiones y reclamó unidad de criterio y de acción al tripartito sobre el minitrasvase del Ebro. El diputado de CiU Francesc Sancho, alcalde de L'Ampolla, aseguró que el presidente de la Generalitat, José Montilla, es "incapaz de dialogar con el territorio porque ha mentido".
Los tres socios gubernamentales rechazaron la moción de CiU en la que reclamaba "unidad de criterio en el seno del Gobierno" ante la sequía, "tanto entre los diferentes departamentos como entre éstos y sus delegaciones territoriales".
Los nacionalistas consiguieran que el tripartito votara unido. La moción, que tuvo los votos a favor del PP, también pedía que se someta "a consideración del Parlament cualquier propuesta que comporte la implementación de nuevos trasvases o interconexiones entre las cuencas internas de Cataluña, o bien entre éstas y la cuenca del Ebro". Además reclamaba evitar "inversiones de nula utilidad una vez superada la actual crisis".
La abstención pesa
En otro asalto del mismo combate, el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, y el diputado de CiU y ex consejero del sector Ramon Espadaler volvieron a acusarse ayer mutuamente de contradicciones ante la sequía que sufre Cataluña. Durante una interpelación parlamentaria de CiU al Gobierno sobre la política de agua, Espadaler subrayó que militantes de ERC participarán en la manifestación contraria a la interconexión hídrica que convoca la Plataforma en Defensa del Ebro para el 18 de mayo.
La réplica de Baltasar fue indicar que "las contradicciones respecto a alguna de las medidas no afectan sólo a un grupo del Gobierno, sino al principal grupo de la oposición". Se refería al sentido de voto de CiU y ERC, cuyos grupos en el Congreso se abstuvieron en la votación de la propuesta de interconectar el minitrasvase del Ebro.
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