Azkuna dará a conocer mañana las inversiones en los barrios

Iñaki Azkuna, alcalde de Bilbao, dará mañana a conocer las inversiones y obras que se acometerán en los barrios de la capital vizcaína en los próximos meses. El primer edil presentará una nueva actuación del llamado Plan Auzokide, que persigue la creación de calles, plazas o paseos desde el consenso con los Consejos de Distrito. "Se trata de una partida de dinero muy importante", apuntan fuentes municipales.

Hasta enero, los vecinos pudieron elegir el destino de estas inversiones. Para ello se habilitaron buzones de recogida de sugerencias en los centros municipales de distrito, así como una dirección electrónica. El Ayuntamiento se comprometió a tener en cuenta sus opiniones a la hora de asignar las inversiones.

Por otra parte, la ley seca llegará en septiembre a los locutorios de Bilbao. Ni patatas, ni pipas, ni chicles, ni refrescos. De cervezas no se habla, y de fiestas, menos aún. Julia Madrazo, concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, dio ayer a conocer la ordenanza municipal que regulará la actividad de los 64 locutorios de la villa. Tres medidas destacan: la prohibición de la venta de alimentos y bebidas, sean o no alcohólicas; la incompatibilidad con actividades de ocio (fiestas), y la imposibilidad de abrir un locutorio si en una distancia radial de 200 metros ya existe otro local de este tipo.

Prohibición anulada

Madrazo recordó que en 2003, ante la proliferación de locutorios, Bilbao La Vieja y el Casco Viejo fueron declarados zona saturada y se prohibió la apertura allí de más locales de este tipo. La ordenanza anunciada ayer anula aquella prohibición y dibuja una situación idéntica para todos los distritos. "El levantamiento de la prohibición no tendrá consecuencias en Casco Viejo y Bilbao La Vieja, pues el límite de los 200 metros imposibilita la apertura de más locutorios en esos barrios", explicó Madrazo.

Estos locales sólo podrán localizarse en planta baja y deberán disponer de un aislamiento acústico de 60 decibelios. Tendrán que ejercer su actividad con las puertas y ventanas cerradas, pero con cristaleras que permitan ver interior. La ordenanza también fija, entre otras, normas en materia de higiene y aseos, así como las dimensiones mínimas de las cabinas. Su incumplimiento conllevará el cese de actividad. El límite de 200 metros no afecta a los locutorios ya existentes.