Aromas porteños llegados de Madrid

El tango es "un pensamiento triste que se baila", según la definición que dió Enrique Santos Discépolo, uno de los mejores compositores del género, y sus principales intérpretes se localizan, lógicamente, en Argentina, pero en España hay un hombre que ha hecho de él su modo de vida. Antonio Bartrina es ese cantante madrileño que, desde 1984, se sube al escenario con el nombre de Malevaje, un grupo que arropa su poesía arrabalera con bandoneón, contrabajo y guitarra.

Dos bailarines pondrán en Barakaldo el complemento visual a una actuación en la que Bartrina entonará viejos éxitos particulares, versiones y canciones de No me quieras tanto (Quiéreme mejor), duodécimo disco del grupo. Su nuevo repertorio incluye declaraciones de amor, alusiones a los pecados de la propia Iglesia, odas a los fumadores y rendidos homenajes a Alfredo di Stéfano y al Balmoral, coctelería madrileña a la que también dedica su último disco Loquillo.

Hondarribia celebra la última jornada del nuevo festival Olearso

Dos versiones de 'Giselle' coinciden este fin de semana en Vizcaya

La singular cadencia argentina invadirá también hoy el Teatro Victoria Eugenia, donde AGATA (la Asociación Guipuzcoana de Amigos del Tango Argentino) organiza una velada en la que participarán cinco parejas de bailarines. Entre ellas figuran tres argentinas, formadas por Martín Gutiérrez y Carolina Pizzo, exponentes del tango evolutivo y coordinadores del Festival Internacional de Tango Ciudad de la Plata; Claudio Hoffmann y Pilar Álvarez, y Rodrigo Rufino y Gisela Passi. La música la pondrá el grupo Argentango, y la voz, Patricia Nora.

Hondarribia acoge la segunda y última jornada de Olearso, un nuevo festival musical organizado por la asociación homónima, creada para promover actos culturales en esa localidad guipuzcoana y en las vecinas Irún y Hendaia. Asian Dub Foundation, banda londinense que desde 1993 funde rock, rap, ragga y compromiso social, encabeza una oferta de conciertos en la que también figuran el dance rock de Delorean, el pop rock poético y urbano de Doctor Deseo, el sonido stoner de Sorkun & Vice Presidentes y el mestizaje de Amparanoia. Antes de que ellos suban a escena, se programará una exhibición de skate y se despacharán discos y ropa en una zona de mercadillo.

James McCann, miembro fundador de Drones, aún tiene que afrontar dos de los tres conciertos que tiene previsto ofrecer en pequeñas salas donostiarras. El jueves tiene programado en Vitoria otro recital acústico el artista australiano, que en su inminente tercer trabajo, Bound for the blues, incluye tanto baladas de esencia folk como blues pantanoso, relecturas del country y rock ruidoso.La escena hardcore neoyorquina tiene a uno de sus principales exponentes en Sick Of It All, conjunto contundente que publicó su último disco, Death to tyrants, en 2006, coincidiendo con su vigésimo aniversario. "Éste es un álbum de referencia para nosotros, por eso era importante que fuera duro y pesado. Hay una inclinación política en muchas de nuestras canciones, porque vivimos en el mundo más desesperado y compartimos experiencias personales, filosofías y ocurrencias con la esperanza de que alguien se pueda identificar con ellas", ha explicado el baterista Armand Majidi.

Depedro es el nuevo proyecto de Jairo Zavala, cantante de Vacazul, que ha grabado su primer álbum en Tucson (EEUU) junto a miembros de Calexico. Por eso en el estreno se aprecian nítidamente influencias de la música fronteriza, así como elementos folclóricos que previamente se han colado en trabajos de colegas como Amparanoia. Con todo ello el resultado final es una amalgama a la que algunos colgarán la etiqueta de rock latino, por su espíritu mestizo y trasatlántico, aunque el viento del desierto que lo barre permite presentarlo como una sentida reinterpretación personal de la raíz musical estadounidense.

La directora de una escuela católica en la que un sacerdote profesor del centro es acusado de abusos sexuales es la protagonista de La sospecha, obra que hace tres años reportó el premio Pulitzer a John Patrick Shanley, su autor, y que próximamente llegará a los cines con Meryl Streep como reclamo. En la adaptación teatral española es Pilar Bardem quien encarna a esa mujer, la hermana Luisa, quien debe tomar cartas en el asunto y resolver el entuerto contando únicamente con indicios e incertidumbres, simples sospechas. El montaje está ambientado en los años sesenta en el barrio neoyorquino del Bronx. Diana Palazón y Juanjo Cucalón completan el reparto interpretando a la hermana Jane y al padre Flynn, respectivamente.

Los aficionados a la danza tendrán ocasión de contemplar dos visiones de Giselle, cumbre del ballet romántico, creada por Adolphe Adam en 1841 y cuyo origen está en una leyenda eslava sobre las Willis (espíritus de novias muertas poco antes de sus bodas) recogida por Heine. El Arriaga acoge la del Ballet de la Ópera Nacional de Burdeos, institución que trata de aplicar cierto barniz contemporáneo al ballet clásico, con coreografía de su director, Charles Jude, y con Igor Yebra como gran reclamo para hoy. Mañana su papel, Albrecht, joven noble que se hace pasar por campesino para conquistar a Giselle, será interpretado por Roman Mikhalev. El principal rol femenino será encarnado por Oksana Kucheruk, Emmanuelle Grizot y Stéphanie Roublot, según la función.

En Barakaldo serán cincuenta bailarines del Ballet Clásico de Moscú quienes pondrán en escena una adaptación con coreografías de Perrot, Coralli y Petipa, y dirección artística de Natalia Kasatkina y Vladimir Vasilyov. Ekaterina Berezina será Giselle, y Nikolay Chevychelov se convertirá en Albrecht.