Vuelve 'Grand Theft Auto'

Grand Theft Auto, el título que inventó la libertad de movimientos, vuelve con mejoras y nuevas ideas que son imposibles de resumir.

Grand Theft Auto es el heredero de Carmaggeddon en cuanto a generación de polémica se refiere. Si en el título de SCI había que atropellar a peatones para ganar algo de tiempo, en el de Rockstar el objetivo es convertirse en el mayor delincuente de Liberty City. A pesar de ser un título sólo para mayores de edad, la sociedad todavía relaciona videojuegos con niños, con lo que la aparición de drogas, prostitución y mucha violencia no es bien visto por algunos sectores. Para colmo, en la última entrega se descubrió la posibilidad de mostrar sexo explícito, un apartado que los desarrolladores descartaron pero que sólo desactivaron y olvidaron borrar. El presidente de Rockstar tuvo que pedir perdón y juró que no era una treta para saltarse el control del organismo de calificación de edades.

Argumentalmente, un paria intentará iniciar una nueva vida. Niko Bellic, el protagonista, huye de su pasado criminal en su Europa del Este natal, para ponerse a las órdenes de su acaudalado primo Roman en Liberty City. Sin embargo, el sueño de Niko se desvanece en cuanto pisa el puerto. Su primo no sólo no está forrado, sino que regenta una deficitaria compañía de taxis bajo el puente de Brooklyn. A Niko no le queda más remedio que volver a las andadas.

Para los neófitos, vale la pena repasar cuál es la esencia de Grand Theft Auto, un juego sólo para mayores de 18 años con la filosofía Tarantino: la vida del criminal es algo normal y rutinario, y ante un gigantesco escenario abierto se puede hacer lo que se quiera en cada momento, desde seguir las misiones una a una, limitarse a pasear por la ciudad o realizar acciones secundarias.

En esta ocasión la ciudad tiene una envergadura y unos acabados que denotan miles de horas de diseño. En esencia es Nueva York, con edificios y monumentos que son gemelos virtuales de la metrópoli real. Sacando todo lo que dan de sí PS3 y Xbox 360, se puede ver la línea del horizonte hasta donde la vista alcance, lo que exagera la sensación de libertad, ya que, por lejos que aparezca algo, se puede viajar hasta allí. Y lo mejor es que, una vez allí, lo que parecía una mancha es una construcción, con grietas, graffiti, ventanas abiertas y todo un interior por explorar. El extraordinario tratamiento de la luz solar realza la aventura.

Un cambio notable afecta a la simulación de la física que se aplica a los personajes y a los objetos. En anteriores entregas se apostó por la espectacularidad en los saltos con los coches, aplicando una gravedad más parecida a la lunar que a la terrestre. En esta ocasión no sólo se ha cambiado el criterio en cuanto a la gravedad, sino que la física hará que los objetos choquen, rueden y se comporten como en la vida real. Si Niko decide tomarse unas copas, el alcohol afectará a sus facultades y le será imposible conducir en línea recta.

El móvil es el enlace de Niko con el mundo. A través del teléfono se reciben propuestas de nuevos trabajos -criminales por supuesto-, se está en contacto con los compañeros, etcétera. La relación con la tecnología se ha ampliado en esta entrega. Por ejemplo, si se roba un coche de la policía, se tiene acceso a sus bases de datos y con ello se puede dar con la dirección de un soplón. Otro ejemplo es la presencia de GPS en vehículos de alta gama.

La sensación que transmite Grand Theft Auto IV es de ampliación y renovación completa. A las más de 100 horas de juego necesarias para terminar la aventura, si no se pierde el tiempo embobado con la ciudad, hay que añadir el nuevo modo para varios jugadores. A los conocidos enfrentamientos todos contra todos se suman modos, como el Mafiya, en el que mafiosos darán instrucciones por el móvil a todos los participantes. Gran Theft Auto IV va a ser un revulsivo para la venta de consolas.