El presidente afgano sale ileso de un nuevo atentado
Los talibanes reivindican la explosión que ayer mató a tres personas en Kabul
El presidente afgano, Hamid Karzai, salió indemne ayer de un atentado, más espectacular que efectivo, del que se responsabilizaron los talibanes. Karzai asistía al desfile militar que anualmente conmemora la caída del régimen comunista en 1992 cuando se produjo un tiroteo y una explosión cerca del estrado en el que se encontraba acompañado de ministros, militares, notables y cuerpo diplomático. Tres personas resultaron muertas y 10 heridas, la mayoría de éstas en la estampida que siguió al ataque.
"Los enemigos de la seguridad y el progreso de Afganistán han intentado interrumpir la ceremonia y provocar el caos", declaró Karzai poco después, durante una comparecencia televisada para mostrar que se encontraba sano y salvo. "Afortunadamente, nuestras fuerzas de seguridad les han rodeado enseguida y detenido a varios sospechosos", añadió sin dar más detalles. Para entonces, las calles de Kabul se habían quedado desiertas y los militares bloqueaban todas las entradas y salidas de la ciudad.
El presidente afgano, que ha sobrevivido a por lo menos otros dos atentados, no mencionó a los talibanes por su nombre. Sin embargo, un portavoz conocido del grupo, el clérigo Zabibullah Mojahed, se responsabilizó del ataque en llamadas a varias agencias de noticias.
"Tres de nuestros atacantes han resultado muertos y tres han logrado escapar", declaró Mojahed por un teléfono satélite. El portavoz, que negó que hubiera detenidos, subrayó que su objetivo había sido mostrar su fuerza, no un objetivo particular. También señaló que habían contado con el apoyo de la artillería de Hizb-e Islami, la milicia de Gulbudin Hekmatyar, un antiguo muyahid próximo a Al Qaeda, que también se atribuyó el ataque de forma independiente.
Sin embargo, no todo el mundo quedó satisfecho con esa explicación. La diputada Shukria Barakzai, una pastún próxima a Karzai y que goza de gran credibilidad, aseguró a la radio nacional afgana que el atentado "no ha sido obra de los talibanes, sino de elementos muyahidín desde dentro del sistema", en una poco velada referencia a la Alianza del Norte. Contactada por esta corresponsal, Barakzai se reafirmó en sus declaraciones. Aunque la tensión entre la Alianza del Norte y Karzai es un secreto a voces, los observadores políticos ponen en duda la interpretación de Barakzai.
"Casi al final de las 21 salvas de ordenanza, vi una explosión y una nube de humo a la izquierda del desfile y entonces oí disparos de armas cortas en todas las direcciones", declaró a la agencia Reuters el embajador británico, sir Sherard Cowper, que se encontraba en la primera fila de la tribuna de autoridades junto a su colega de Estados Unidos y al general norteamericano Dan McNeill, comandante en jefe de las fuerzas internacionales en Afganistán. Todos ellos fueron rápidamente evacuados por sus guardaespaldas.
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