Alonso está de vuelta

Unos 115.000 aficionados rugieron ayer en el circuito de Montmeló. Tenían un motivo. Sin que nadie lo esperara, Fernando Alonso se situó en la pole position del Gran Premio de España cuando no había casi tiempo para que alguien se la arrebatara. No obstante, quedaba un finlandés que circulaba a toda velocidad con el mejor coche, un Ferrari. Y Kimi Raikkonen lo consiguió. Se hizo con la pole y sacó una décima al de Renault, que compartirá con él la primera línea por primera vez en 2008.

"No esperaba estar ahí delante en todo el año", reconoce el bicampeón

"Hemos dado un doble salto", ironiza Briatore, director de la escudería francesa

Sin embargo, aquello no frenó la euforia. Los abrazos prosiguieron en Renault durante varios minutos y, cuando se bajó del coche, Alonso mostró aquella cara ilusionada que hacía tiempo que no se le veía. ¡Alonso ha vuelto! Era el mensaje con el que todo el mundo se quedó ayer, a la espera de lo que hoy pueda ocurrir en la carrera (14.00, Tele 5). "Creo que aquí empieza otro Mundial", proclamó Pedro Martínez de la Rosa, sorprendido como todos del salto espectacular que había dado Renault; "hay que ver qué ocurre mañana [hoy], pero creo que Alonso va a estar ahí a partir de ahora. Es cierto que Ferrari sigue teniendo el mejor ritmo de carrera y eso le da una ventaja. Pero las cosas se han igualado mucho". La prueba más evidente es que el segundo Ferrari, el de Felipe Massa, los dos BMW y los dos McLaren quedaron por detrás. Eso sí, Alonso llevaba bastante menos combustible que los demás.

Todo el paddock hablaba de lo mismo. Y en algunos casos, con cierta preocupación porque varios de los equipos que hasta ahora habían estado luchando con Renault por entrar en la Q3 y por los últimos puntos en la carrera -Toyota, Red Bull y BMW- acababan de descubrir que la mejora de la escudería francesa no era un farol.

Lo que más valoraba todo el mundo era que en la Q2, la segunda tanda de la clasificación, Alonso había logrado la cuarta posición, a 20 milésimas de Raikkonen, y Nelsinho Piquet la quinta. En aquel momento, todos estaban circulando en las mismas condiciones o muy parecidas: con neumáticos blandos nuevos y los depósitos escasos de gasolina.

"Hemos dado un saltito, un doble salto", ironizaba Flavio Briatore, director de la escudería francesa; "estoy contento por Fernando porque he visto a muchas personas que no se conocían en la grada abrazándose y mostrando su ilusión. Fue una de las clasificaciones más emocionantes que hemos vivido. El coche va bien, pero aún no podemos batir a Ferrari y McLaren". "Pensar en alcanzar el podio no hace daño. El coche ha mejorado mucho y Alonso ha hecho un trabajo fantástico", remachó.

"El coche le permitió a Alonso demostrar sus habilidades", comentó el director de Honda, Ross Brawn. "¿Si Alonso es una amenaza? Lo veremos tras la primera parada en boxes [en alusión a que Alonso deberá parar muy pronto]", respondió Raikkonen; "pero, si sale desde la primera línea, tiene opciones".

¿Y Alonso? Intentaba contener su euforia. Cuando se bajó del coche, cerró los puños. Tenía ganas de revancha. Pero se contuvo. "Necesitábamos esta mejora para asegurarnos la Q3 y entrar con regularidad en los puntos. No esperaba estar en la primera línea en todo el año", confesó; "sin embargo, creo que en la carrera estaré luchando por el sexto o el séptimo puesto. No podemos decir que estaremos en el podio, pero podemos ser optimistas ante el futuro".

Algunos hechos son irrefutables. La inclusión del I Damper, la nueva suspensión delantera, los retoques en los alerones y los cambios aerodinámicos introducidos en el R28 permitieron a Alonso ser segundo en la parrilla y a Nelsinho Piquet entrar sin dificultades en la Q3 por primera vez este año. Ahora hay que contrastar si todo eso permite a Alonso asegurarse la séptima posición en la carrera o si incluso ha alcanzado a alguno de los tres grandes: Ferrari, McLaren y BMW.