Raikkonen reina en el estropicio
Ferrari firma su segundo doblete en una carrera marcada por el accidente de Kovalainen y el abandono de Alonso
La sorprendente actuación de Fernando Alonso ayer en Barcelona -segundo en la 'pole'- dio paso a la normalidad en una carrera doblemente accidentada. Ferrari, liderado por un implacable Kimi Raikkonen, firmó su segunda, y monótona, victoria de la temporada secundado por su compañero Felipe Massa, que hoy adoptó el rol de escudero hasta la meta, rindiéndose ante la evidente velocidad del finlandés. Segundo doblete de la temporada para la escudería del cavallino, que vuelve a reafirmarse como la mejor del pitlane, por encima de McLaren, tercero, BMW y un renacido Renault, pese a los abandonos de Nelsinho y Alonso.
Para los dos pilotos de Ferrari, la carrera fue un monólogo de principio a fin. Amparados por el sinuoso trazado de Montmeló, que apenas da tregua al adelantamiento, Raikkonen se aferró al liderato desde la salida y dominó la carrera a su antojo. Justo detrás, Massa, que partía tercero, aprovechó las debilidades que el R28 de Alonso tiene en velocidad punta para rebasar a Fernando Alonso en los primeros metros. El único instante para sobrepasarle. En un abrir y cerrar de ojos, el asturiano se quedaba tercero, pero la ilusión en la grada y el box de Renault no se apagó. Un tercer puesto era más de lo que cualquiera podía soñar hasta ahora; un milagro inalcanzable para un motor castigado en exceso que soportó media carrera, el empujón de una afición entregada y dos apariciones del coche de seguridad, ambas por accidente. El motor dijo basta, y Alonso, adiós.
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Pero eso fue cuando restaban 30 vueltas. Al inicio, Lewis Hamilton se hizo con la plaza de Robert Kubica (BMW), emparedado ahora por los dos McLaren, y evocaba el pasado Gran Premio bahrení al correr de nuevo por detrás de Fernando Alonso. Esta vez, no hubo tiempo para roces. Cuando no se había completado una sola vuelta, el safety-car hizo su primera aparición en pista con el accidente entre Sebastián Vettel y Adrian Sutil. Ferrari siguió a su ritmo, poniendo tierra de por medio con sus perseguidores, y la amenaza de Alonso cambió de nombre: ahora era Lewis Hamilton el hombre a evitar, y el bicampeón cumplió con creces, incrementando décima a décima el tiempo que les separaba hasta superar el segundo entre coche y coche, llegando incluso a firmar la vuelta rápida.
Había motivos de tanta mejora, por supuesto. A diferencia del MP4-23 del británico, el Renault de Fernando Alonso corría casi descargado de combustible, y mientras su compañero, Nelsinho Piquet, hacía rectos y finalizaba su periplo por Barcelona al chocar con el Toro Rosso del francés Sebastián Bourdais, el piloto asturiano exprimió su ligereza para asegurar la plaza con la primera entrada a boxes. Ésta llegó en la decimoquinta vuelta, dos giros antes que su predecesor, Felipe Massa, pero el panorama resultó tan nefasto para Alonso en su regreso a pista como para el otro finlandés de la parrilla, Heikki Kovalainen.
Montmeló contiene el aliento
En mitad del 'baile' de pilotos por el primer repostaje, el piloto finés de McLaren dio el susto de la jornada. Corría la vuelta 22 cuando el monoplaza de Kovalainen rompía alguno de los componentes de su eje delantero izquierdo. Sin control y a 250 km/h, el finlandés se empotraba contra la barrera de neumáticos que protege el perímetro del circuito ante los peores presagios de los aficionados. En cuestión de segundos, el coche del finlandés se encontró cubierto de ruedas rojiblancas y la carrera detenida nuevamente por el coche de seguridad. Finalmente, todo quedó en un susto, si bien Kovalainen ha tenido que ser retirado en camilla y transportado a un centro hospitalario para ser examinado médicamente.
En pista, la situación no cambió para Ferrari. Sí para Fernando Alonso, que perdió el tercer puesto a favor de Lewis Hamilton. La sexta posición y más de media carrera por delante, pese a correr por detrás de Robert Kubica y Nick Heidfeld, alimentaban la esperanza de ver una épica remontada, pero el piloto alemán de BMW, primero, y su propio motor, después, dejaron en la cuneta el sueño de la quinta plaza. Al final, victoria doble para Ferrari y tercer puesto para Hamilton, a quien la fortuna le sonrió en Montmeló en forma de podio. Será difícil -para todos- competir contra Kimi Raikkonen, ahora más líder a siete puntos de Hamilton, si mantiene el ritmo mostrado hasta ahora. Alonso lo intentará en Turquía con más voluntad y motor nuevo. Esta vez, desde dentro de la pista.
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