El baile de los políticos
Madrid en Danza estrena una obra paródica de Germaine Acogny
Aparte de saber mucho de danza, la bailarina y coreógrafa Germaine Acogny, nacida en Benin, también sabe mucho del comportamiento de los políticos, de sus promesas, de sus mecanismos y engaños. Después de todo, se ha pasado media vida en sus despachos, tanto en África como en Europa, buscando ayudas para desarrollar su centro de enseñanza cerca de Dakar (Senegal), L'Ecole de Sables, que levantó con dinero propio en 1984 y que hoy es el centro de formación en danza contemporánea más importante de la región, un pueblo de danza.
"Son personalidades con corbata que hablan y hablan y nunca pasa nada"
En Dakar funciona una escuela y también la sede de su compañía Jant-Bi, que llega esta noche al teatro Albéniz, dentro de la programación del Festival Madrid en Danza, para estrenar Waxtaan, una pieza para hombres (ocho bailarines y ocho músicos en directo) que habla de ese tema que tanto le preocupa: "Es una obra sobre la política y los políticos. Es una parodia de estas personalidades africanas con corbata que se reúnen constantemente, hablan y hablan, toman decisiones y la realidad es que nunca pasa nada".
Germaine Acogny es uno de los nombres más influyentes de la nueva danza africana y su trabajo es reconocido en Europa y Estados Unidos, donde recientemente creó The Scales of Memory, con el grupo Urban Bush Women, con sede en Brooklyn, en la que bailaban siete mujeres afroamericanas y siete de sus bailarines senegaleses.
Nieta de una sacerdotisa yoruba, Acogny ha visto y sorbido mundo, pero hay una fuerza telúrica que siempre la arrastra hacia sus raíces. "Cuando tenemos un espectáculo, antes de salir de gira, invitamos a la gente del pueblo a que lo vea. Si a ellos les gusta y lo entienden, entonces digo que podemos ir a cualquier sitio porque lo que intentamos es reflejar lo que somos, es lo que queremos llevar al mundo".
Acogny ha vivido la danza desde muchos ángulos. Comenzó sus estudios de danza en Senegal en 1968. En los años ochenta su trabajo alcanzó gran impacto en países francófonos como Bélgica y Francia. Ha sido discípula de Maurice Béjart, que le enseñó los secretos de la danza neoclásica y le ayudó en su misión creando una extensión de su escuela Mudra, de Bruselas, en Senegal. Con Peter Gabriel colaboró en su proyecto de músicas del mundo.
"Tuve la oportunidad de hacer ballet clásico y estudiar la técnica Graham de danza contemporánea, y eso sumado a mis conocimientos de la danza tradicional africana es lo que soy, esa mezcla ha dado lugar a un lenguaje que es el que enseño a mis bailarines", afirma la coreógrafa.
Sin embargo, lucha porque su equipo no se separe completamente de la danza tradicional. "Tú eres tú y te mantienes siendo tú, hagas lo que hagas. La técnica es algo que se aprende. Yo puedo dominar los pasos del ballet pero no puedo ser Giselle, culturalmente me queda lejos. A mí las técnicas me sirven para aplicarlas a mi manera de bailar, y me parece de lo más positivo contaminarme de otras culturas".
"Vivir y trabajar en el pueblo nos permite tener un buen nivel creativo. Hago las coreografías con mi hijo Patrick Acogny y es un buen diálogo entre dos generaciones... recorremos la danza tradicional porque creemos que es muy importante estar enraizados en la cultura popular, pero la manipulamos y contaminamos hasta llevarla un paso adelante, haciéndola accesible a todos, a nuestra gente y a un público como el que vendrá a vernos en Madrid", asegura la creadora.
Waxtaan. Compañía Jant-Bi. Festival Madrid en Danza. Desde hoy y hasta el 26 de abril. Teatro Albéniz (Paz, 11). www.madrid.org/madridendanza
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