"La tristeza es total, pero no podemos dejar que nos supere"
Psicólogos finlandeses tratan a las víctimas del siniestro de Torremolinos
El hotel Griego Mar de Torremolinos (Málaga) está más silencioso de lo habitual. Este establecimiento de veraneo con piscina y animadores alberga a los heridos en el accidente de autobús que el pasado sábado costó la vida a nueve turistas finlandeses en la autovía AP-7 a su paso por Torremolinos. El hotel es la base de operaciones del equipo de profesionales finlandeses y españoles que desde la misma noche de la tragedia atienden a los supervivientes y a sus familias.
Apenas una hora después de que el autobús azul que llevaba a los 44 turistas finlandeses al aeropuerto de Málaga fuera embestido por un todoterreno conducido por un joven que duplicaba la tasa permitida de alcohol y volcara sembrando de muerte la carretera, un grupo de médicos, enfermeros y psicólogos fineses dirigidos por Paivi Muma se ponía en marcha. Su misión: atender a unos heridos que al shock del siniestro sumaban la impotencia de no poder comunicarse. El domingo por la noche, los profesionales aterrizaban en Málaga y se ponían manos a la obra. Cerca de 40 voluntarios y dos pastores luteranos completan el dispositivo, desplegado por cuatro hospitales.
Cómo seguir adelante
"Los psicólogos trabajan junto a la cama, con los heridos y con sus familiares al mismo tiempo. Después de un accidente así, normalmente los heridos quieren hablar de ello y reconstruir lo que pasó, porque sólo se acuerdan de detalles dispersos", asegura la enfermera jefe Muma. "Una vez analizado el siniestro, es cuando se desbordan los sentimientos y luego empiezan a pensar en cómo seguir con su vida", continúa.
Los psicólogos afirman que se tarda "entre seis meses y un año" en recuperarse mentalmente de una tragedia tan absoluta como la vivida en Torremolinos. En estas primeras sesiones del psicólogo participan incluso niños: "Es mejor para ellos, hacen preguntas y hay que darles respuestas", afirma Muma.
Los profesionales no son ajenos a la carga emocional. "La tristeza es total, y eso nos afecta, pero no podemos dejarnos vencer por ella. Debemos mantenernos fuertes para escuchar y ayudar", afirma Kirsi, jefa del grupo de apoyo de la Embajada de Finlandia. Su trabajo, además de coordinar los medios humanos, consiste en agilizar los trámites burocráticos. "Estamos muy satisfechos con la ayuda que nos han dado las autoridades españolas. El trato ha sido excelente", asegura la diplomática. El sábado, los últimos 12 heridos volverán a Finlandia en un avión medicalizado. Sólo quedará en España una mujer, que lucha por no convertirse en la décima víctima mortal.
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