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El Gobierno balear denuncia que un cargo del PP malversó 300.000 euros

El gerente nombrado por Matas se asignaba atrasos, dietas y horas extra ilegales

Cada año que Damián Vidal estuvo como gerente de la empresa de informática del Gobierno de Baleares (Bitel) multiplicó sus ingresos, de manera supuestamente ilícita. Desde septiembre de 2003 hasta agosto de 2007, mientras ocupó este puesto de confianza política, contratado por el Ejecutivo de Jaume Matas (PP), se hizo con 112.000 euros de más, según una denuncia de la Administración balear que estudia la Fiscalía. La policía de delincuencia económica también indaga el caso de supuesta malversación de caudales y ya ha interrogado a media docena de personas, según ha podido conocer este periódico.

Vidal es un viejo conocido de Matas. En la investigación judicial contra el entorno del ex presidente y ex ministro por espionaje a los correos electrónicos a un cargo del PSOE, el caso Bitel, y en el juicio contra dos secretarios personales de Matas, Vidal fue el perito de parte que demostró que todo fue debido a un fallo informático de la empresa pública. Los fiscales de Baleares y la Audiencia de Palma quisieron imputar a Matas. El Supremo y la Fiscalía General lo evitaron. El Supremo exoneró a los dos secretarios por pinchar los correos "de manera ciertamente ilegítima".

El PP y Matas recuperaron el poder en Baleares en 2003 y Vidal pasó a ser director gerente de Bitel. El agujero que causó a sus arcas es de al menos 300.000 euros, porque además de sus sobresueldos hay varias adjudicaciones de proyectos sin justificar.

La denuncia de Bitel registra los ingresos irregulares de Vidal, que fueron de 270 euros el primer año, de 6.358 el segundo, 12.055 el tercero, 26.376 el cuarto y 66.961 en 2007, cuando acabó su contrato. El método de esta presunta malversación era siempre el mismo: al ser el gestor de los fondos de la empresa, se ingresaba a sí mismo cantidades en concepto de dietas, dedicación exclusiva, pluses de distancia, de responsabilidad, horas extra, atrasos y gratificaciones. Todos estos conceptos ya estaban incluidos en su sueldo (que rondaba los 50.000 euros anuales).

Vidal tenía además una tarjeta de crédito en la que cargaba todos los gastos de dietas o gasolina para el coche de empresa que usaba. Actualmente se investiga si el uso de la tarjeta fue irregular, ya que con ella se pagaron gastos que llegaron a superar los 29.000 euros anuales.

La Fiscalía también investiga un presunto delito de administración desleal de la empresa pública, ya que Vidal adjudicó proyectos por valor de casi medio millón euros a cuatro empresas elegidas a dedo. Esto, en principio, no es delictivo, ya que ningún trabajo supera los 30.000 euros y no debía ser sacado a concurso público. El problema surge porque, según Bitel, muchos de estos proyectos no llegaron a realizarse o eran copias de documentos que se pueden encontrar en Internet. Hay al menos 16 negociados en los que la documentación acreditativa de la realización del trabajo no existe o es un simple plagio.

La mayor beneficiaria de estas adjudicaciones fue una empresa que ingresó casi 250.000 euros. Entre sus proyectos hay muchos con las características descritas anteriormente: o no hay rastro de ellos o son copias. Hace unas semanas, tras iniciarse la investigación, esta compañía entregó a Bitel una caja con documentación que pretendía acreditar la valía de estos trabajos. Pero no aportaron nada nuevo. Seguían siendo, básicamente, plagios.

Damián Vidal, en una foto de 1990.
Damián Vidal, en una foto de 1990.

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