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Reportaje:

Mallorca puesta del revés

Biel Mesquida escribe en 'Akrollam' 99 'perlas' literarias sobre los isleños que no salen en los libros de historia

Humor, ternura, crítica, poesía, denuncia, memoria... Son muchos los temas y las historias que recorren Akrollam (Empúries), el libro que ayer presentó en Barcelona el escritor mallorquín Biel Mesquida (Castelló de la Plana, 1947), quien en 2006 ganó el Premi Nacional de Literatura que otorga la Generalitat por Els detalls del món.

El libro es un auténtico festín de la lengua catalana, que Mesquida cuida con delite y esmero recreándose en el sonoro léxico mallorquín, sin que por ello su prosa pierda concreción y fuerza. "He hecho un trabajo de condensación del lenguaje creando unas piezas muy destiladas, con muchos registros y mucha libertad expresiva, que intentan ser piezas poema", explica el autor. "A través de ellas he intentado mostrar a unos personajes de Mallorca que no saldrán nunca en los libros de historia ni en las crónicas periodísticas", añade Mesquida, para quien son historias cercanas y humanas que, "como es función de la literatura", sirven para explicar los tiempos que vivimos y también a nosotros mismos.

Las historias (99) que integran Akrollam -la palabra Mallorca escrita al revés, como también asegura que ha querido poner del revés el lenguaje y la mirada sobre la sociedad- son a veces retazos de vidas atrapadas en suspenso en un dispensario rural, en una manifestación, en una autopista, pero también en un sueño, un deseo o un recuerdo. "Son historias breves sobre el amor, la ternura, la tristeza, la especulación, el miedo... Todos los sentimientos atraviesan el libro intentando crear estas diversas formas de felicidad, que a veces puede ser terrible. Eros y Tanatos, todo esta allí", indica el autor, para quien el libro no tiene principio ni final porque puede empezar a leerse en cualquier parte ya que todas las historias son un mundo en sí mismo.

"Es como una letra que palpita, que no deja de destilar sentidos y que en el fondo lo que intenta es despertar y conmover al lector, electrizarle y hacerle ver cosas que nunca había visto antes", añade Mesquida con un optimismo contagioso. "Creo en la literatura como una forma de gozo y conocimiento, y también como una forma humilde y pequeña de cambiar el mundo, de transformarlo y mejorarlo".

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