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Columna
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¡Al ataquerrrr!

El sábado, en el programa Via lliure, de RAC 1, comentaban los nuevos nombramientos de los ministros del Gobierno de Zapatero. El que más les sorprendió fue el de Defensa, que será dirigido por una mujer, Carme Chacón. Marta Cailà, la presentadora, hablando con un tertuliano, exclamó la mar de preocupada (traduzco): "Pero ¿alguien le conoce alguna experiencia a Carme Chacón en defensa?".

Sinceramente, nunca creí que yo -con lo que yo he sido- me tendría que ver sacando a la feminista que debo de llevar dentro. Porque Carme Chacón no tiene experiencia en Defensa, totalmente de acuerdo. Pero ¿qué experiencia tenía Federico Trillo?, ¿haber hecho la mili? Pues eso no le impidió gritar "¡viva Honduras!" en El Salvador.

La que hubiese sido una ministra de Defensa total es Magdalena Álvarez

La verdad es que envidio a Chacón. El suyo es un ministerio teórico. Si hay guerra, supongo que no será ella la encargada de poner chinchetas en el mapa junto con los altos mandos del ejército. Y en caso contrario, si le gusta la estrategia, disfrutará del trabajo. Yo me emociono con los juegos de guerra (lo que no quiere decir que me guste la guerra, ni la disciplina militar, ni la obediencia ciega). Tengo uno, comprado en la acreditada casa Gilgamesh, que simula la batalla del Ebro. En él se reproducen las variables reales de la contienda. Si comandas las fuerzas republicanas, ya sabes que en un momento dado los nacionalistas empezarán a recibir refuerzos por aire y, por tanto, tus tropas serán aplastadas excepto si tienes una extraordinaria suerte con los dados.

Comprendo, eso sí, que moralmente el Ministerio de Defensa sea más apropiado para un hombre. Los hombres son los que han sido y son obligados a ir a la guerra. Las mujeres van voluntariamente. De manera que el hecho de que una mujer (Chacón) que no está obligada a ir a luchar sea la encargada, en caso de guerra, de pedir a los que sí que lo están que se sacrifiquen por la patria parece un poco patilloso. Aunque tampoco me imagino a Narcís Serra con demasiado ardor guerrero.

De todas formas, creo que Zapatero se ha equivocado. Puestos a nombrar a una mujer, la que hubiese sido una ministra de Defensa total es Magdalena Álvarez. Ella sí que habría trabajado por la paz. Perdonen el homenaje a Gila, pero seguramente habría llegado al frente años después de que la guerra hubiese terminado.

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