El Ayuntamiento envía cartas

¿Qué pensaría usted si un día recibe una carta de su alcalde, en la que se le "sugiere" que venda ese local en el que desarrolla su negocio, ya que, mire usted por dónde, le ha gustado a unos inversores que pasaban por allí?

Creo que como a la mayoría de las personas normales, legales, decentes y con algo de aprecio por el lugar en el que trabajan y les da de comer, creerían, primero, que es una broma de muy mal gusto. Tal vez después, tras comprobar que no, que esa "sugerencia" entraña una suave amenaza y tiene cierto tufillo mafioso, se creería en el derecho de cabrearse y, llegado el caso, denunciar esta práctica en los tribunales.

Pues una carta parecida a ésa han recibido vecinos de La Almolda. Su alcalde, con el apoyo de la agencia inmobiliaria DGA, la ha remitido a todos los propietarios de terrenos en el pueblo. En ella se les "sugiere" que vendan sus tierras a los promotores de Gran Scala, o bien se las vendan al Ayuntamiento o las permuten por otras de propiedad municipal y así reviertan en el Ayuntamiento, que pasaría a ser propietario de unos terrenos que se venderían o regalarían más fácilmente a los promotores de este "gran invento".

Toda esta historia tiene no ya un tufo, sino un pestazo a chanchullos, a trapisondas y a pelotazo urbanístico que no engaña a nadie.

Los propietarios de La Almolda están en su derecho de vender o no los terrenos, y al precio que estimen oportuno. Lo que no es de recibo es que su alcalde se crea con derecho a hacer esta "sugerencia", en tanto que nuestro Gobierno, a través de la vicepresidencia, dé el beneplácito a estos manejos. Pero lo más escandaloso es que una valiosa información como es el listado de propietarios de terrenos de La Almolda, que imagino sujeta a control y merecedora de una cierta privacidad, sea usada por ese Ayuntamiento para semejante sugerencia. ¿Habremos de creer que esta decisión ha estado aprobada por la mayoría del Consistorio, o tal vez es una decisión personal de su alcalde.