_
_
_
_
_
Reportaje:

Dos fallecidos más en el tajo

Un inspector inhaló vapores tóxicos en un barco atracado en el Puerto de Bilbao - Muere un operario que reparaba una catenaria de Renfe en Basauri

El País

La de ayer fue una jornada negra para la seguridad laboral. Dos trabajadores fallecieron en Basauri y Zierbena cuando acometían su trabajo cotidiano: el primero fue un operario de servicios de electrificación, que sufrió un infarto cuando arreglaba la catenaria de Renfe en Basauri; el segundo, un inspector del Puerto de Bilbao, al inhalar vapores tóxicos en un barco que transportaba soja en grano. Con los de ayer, se han producido 16 fallecimientos en lo que va de año por accidentes laborales, según los preinformes de Osalan, el Instituto Vasco de Salud Laboral.

Este organismo señaló ayer que, en el caso del accidente del Puerto de Bilbao, el inspector se "confundió" al entrar en una bodega que acumulaba los vapores tóxicos de la soja y que no había sido ventilada. La autopsia del fallecido, J. J. P. A., de 45 años, deberá determinar si murió por falta de oxígeno o a causa de un infarto.

El fallecido en Basauri sufrió un infarto delante de su hijo

Todo sucedió a las 9 horas cuanto entró en el barco Kyla, de bandera de Liberia, para inspeccionar la carga. La labor del fallecido, empleado de la empresa Inspectorate Española S. A., ubicada en Santurtzi, era supervisar la temperatura y los espacios vacíos de la bodega donde se encontraba el grano de soja. En el barco había dos bodegas, la número ocho y la nueve. La primera estaba ventilada, pero la número 9, según el informe de Osalan, estaba llena de grano. No obstante, fuentes del Puerto de Bilbao informaron a Efe que el citado depósito había sido ya vaciado. El buque albergaba en sus bodegas 103.000 toneladas de haba de soja.

El otro accidente mortal, en Basauri, se produjo sobre las 3.00 de la madrugada de ayer en la estación de la línea de Cercanías de Renfe. Varios operarios de la empresa Instaladores Inabensa estaban realizando labores de rehabilitación de la catenaria, utilizando un elevador. En un momento dado, J. M. T., de 53 años y montador de electrificación de profesión, se desplomó en el elevador "a consecuencia de un infarto", según las primeras hipótesis de Osalan. El fallecimiento fue presenciado por su hijo, uno de los trabajadores que le acompañaba. Tras rescatarle, los otros operarios intentaron reanimarle sin éxito, y los servicios médicos que llegaron a continuación tampoco lograron su recuperación. El juez levantó el cadáver sobre las 5.15, según comunicó Renfe.

Tras estos dos siniestros, el sindicato ELA calificó de "inadmisibles" las cifras de accidentes laborales y valoró que su sucesión no importa "ni a la patronal, ni a la Administración". Delegados de este sindicato se concentraron ayer en Barakaldo para denunciar las "mínimas" medidas de seguridad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_