El Pacto de Inmigración pide más dinero para servicios públicos
El Pacto Nacional para la inmigración que impulsa el Gobierno catalán propone adecuar los servicios públicos básicos e incrementar su dotación económica, así como crear un servicio de acogida universal para evitar la competencia entre los inmigrantes y la población autóctona por estos recursos. Estas medidas son algunas de las que recoge el documento de bases del Pacto que ayer presentó la consejera de Acción Social y Ciudadanía, la republicana Carme Capdevila. A partir de ahora y durante tres mees se abre un proceso de participación ciudadana para aprobarlo.
El pacto pretende dar respuesta a las demandas y necesidades que genera el hecho migratorio, contempla 50 nuevas actuaciones que buscan garantizar una buena convivencia y la cohesión social entre toda la ciudadanía. Capdevila quiso destacar la necesidad de este "acuerdo estratégico" para asumir los retos que plantea la transformación experimentada por la sociedad catalana, que en los últimos diez años ha visto cómo llegaban a Cataluña más de 900.000 inmigrantes de 150 procedencias diferentes.
La necesidad de evitar la competencia por los recursos públicos entre la población autóctona y los inmigrantes (que representan ya un 15% de los residentes en Cataluña) obliga, según las bases del Pacto, a reforzar los servicios públicos más básicos, como son la sanidad y la educación, para evitar que éstos pierdan calidad para todos.
Nacionalidad y voto
En el ámbito de la regulación de los flujos migratorios, la Generalitat tiene previsto plantear al Gobierno central algunos cambios legislativos como que se concedan conjuntamente los permisos de trabajo y residencia y que se reduzca de diez a cinco años el período de estancia en España para obtener la nacionalidad.
Capdevila, que ya avanzó su intención a este respecto el pasado lunes, destacó que la unificación de las autorizaciones de trabajo y residencia facilitaría la incorporación al mercado laboral de los inmigrantes, en su mayoría jóvenes y mujeres, que llegan a través de la reagrupación familiar con permiso de residencia pero no pueden trabajar. También propone conceder el derecho a voto a las personas extranjeras a partir de los cinco años de residencia regular, una medida sobre la que los partidos nunca han logrado acuerdos.
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