El agua cae del cielo con sensatez

El temporal de lluvia que ha azotado a Andalucía desde el pasado lunes ha provocado algunos cortes de carreteras y daños materiales, pero los desperfectos no han sido graves y en esta ocasión las precipitaciones han sido en general más provechosas, tanto para el campo como para el abastecimiento humano, que dañinas. Las incidencias más graves se produjeron durante la mañana de ayer en la provincia de Cádiz, especialmente en Jerez de la Frontera y en el poblado chabolista sevillano del Vacie, donde 30 infraviviendas quedaron arrasadas.

En la provincia de Cádiz, el servicio de emergencias 112 registró en la mañana de ayer un total de 39 incidencias por lluvia, aunque en su mayoría se trató de acumulación de bolsas de agua en las carreteras e inundaciones en viviendas, garajes, sótanos y bajos de edificios. Jerez de la Frontera, donde se recogieron en las últimas 24 horas 143 litros por metro cuadrado, fue la localidad más afectada. Varios tramos de carreteras secundarias y la autovía A-384 sufrieron cortes.

En Sevilla, la lluvia y el viento volvieron a malograr la jornada de Feria, aunque se registraron incidencias "mínimas", según fuentes municipales citadas por Efe. Lejos del Real, donde las precipitaciones sí causaron trastornos graves fue en el poblado chabolista del Vacie, donde 30 casas quedaron "completamente arriadas" por las fuertes precipitaciones. El patriarca del Vacie, Ángel Montoya, aseguró que en la parte del asentamiento más cercana a la fachada del cementerio de San Fernando se había acumulado una balsa de 150 metros de longitud y 25 centímetros de profundidad. Algunos de los afectados tuvieron que pasar la noche en casa de familiares. La Empresa Metropolitana de Aguas de Sevilla (Emasesa) realizó 110 actuaciones de reparación y preventivas entre el martes y ayer. En el lado positivo de la balanza, los embalses que gestiona Emasesa cargaron agua que permitirá el abastecimiento con garantías hasta 2011.

En Huelva, la flota pesquera permaneció un día más amarrada a puerto. La playa onubense de Matalascañas, en Almonte, que ha sufrido el temporal más crudo en dos décadas, amaneció ayer con las infraestructuras devastadas, según el Ayuntamiento.