Los partidos no logran pactar qué hacer con los chabolistas

Los grupos políticos pactaron ayer una declaración institucional de solidaridad con el pueblo gitano (coincidiendo con el día internacional dedicado a este grupo étnico) pero fueron incapaces de ponerse de acuerdo a la hora de aprobar una resolución acerca del conflicto desatado en relación con los poblados chabolistas de O Vao en Pontevedra y Penamoa en A Coruña.

Susana López Abella, del PP, defendió una moción que reproducía, casi literalmente, las propuestas que el Valedor do Pobo formuló en 2005 para hacer frente a los problemas de discriminación que sufre la población gitana y se negó a aceptar una enmienda, suscrita por los grupos que apoyan al Gobierno, que se limitaba a dar cobertura a las iniciativas que ya ha puesto en marcha la Xunta en general y la Vicepresidencia da Igualdade e do Benestar en particular. López Abella se mostró dispuesta a aceptar una transacción, pero se negó a renunciar a la demanda de creación de un órgano autonómico encargado de velar por la igualdad y por la no discriminación, en el que estén representados distintos sectores y administraciones (el mismo que propuso el Valedor hace tres años).

Durante el debate, la portavoz socialista, Mar Barcón, rompió a llorar desde la tribuna al recordar cómo en una página de Internet alguien llegó a proponer, en relación con el conflicto de Penamoa, marcar las puertas de las familias gitanas como hacían los nazis con los judíos en la Alemania de Adolf Hitler.

Lugo discrepa

La concejala de Muller y Servicios Sociais del ayuntamiento de Lugo, Carmen Basadre, expresó ayer el rechazo del gobierno local a las denominadas "viviendas de transición" propuestas por Vicepresidencia de la Xunta como parte de la solución al problema del chabolismo. En su lugar, Basadre abogó por "viviendas definidas, integradas en la sociedad y dispersas, si es posible".

La concejala puso como ejemplo negativo el poblado de O Carqueixo, en Lugo, que nació como provisional y donde unas 60 familias "llevan más de 30 años". "Podemos aguantar un poco más, siempre que al final tengamos viviendas dignas", agregó.

La concejala abogó por "trabajar" con los gitanos: "Está claro que no están acostumbrados a hacer vida en la ciudad, pero no hablamos de gente tan tozuda que no sea capaz de convivir con nosotros", subrayó.