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El debate de investidura

CiU y el PSOE sientan las bases de un futuro pacto

El presidente publicará las balanzas fiscales y estudiará el trasvase del Ródano

"Este mismo debate, señor candidato, va a poder modular nuestra posición del voto negativo a la abstención, y el resto de la legislatura puede modular un mayor acercamiento". Las palabras de Josep Antoni Duran Lleida, presidente del grupo de Convergència i Unió (CiU), fueron premonitorias. Los nacionalistas catalanes pasaron ayer en tan sólo hora y media de debate del no a la investidura de José Luís Rodríguez Zapatero a la abstención y sentaron las bases de una futura y más intensa colaboración entre CiU y PSOE en favor de la gobernabilidad. "Tenemos terreno suficiente para el diálogo", subrayó el presidente del Gobierno en funciones en su turno de réplica.

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Las intervenciones de Duran y Zapatero evidenciaron el inicio de un romance político que puede prolongarse toda la legislatura. Al menos así lo admitieron ambos. Se pasaron todo el tiempo piropeándose. Prueba de ello es que el presidente únicamente tuvo un no como respuesta para el democristiano. Fue para rechazar una reducción del Impuesto de Sociedades.

Zapatero aceptó casi la totalidad de demandas nacionalistas. Así, anunció que, en un plazo máximo de dos meses, el Ministerio de Economía publicará las balanzas fiscales entre comunidades autónomas, una reivindicación largamente exigida por los partidos catalanistas. No obstante, Zapatero desligó este documento de la negociación de financiación autonómica. Un modelo, precisó, que cumplirá lo estipulado en el Estatuto catalán pero que deberá ser aprobado por consenso de todas las comunidades. El papel que CiU ostente en la negociación -reservada en principio al tripartito catalán- queda aún en el aire.

Zapatero también bendijo el trasvase del Ródano que CiU presenta como la panacea para el déficit de agua que sufre Cataluña. El presidente del Gobierno -entusiasta antitrasvases- se comprometió sólo a redactar un proyecto de estudio porque con la entrada en funcionamiento de la desaladora de El Prat en junio de 2009 quedará "garantizado", dijo, el abastecimiento de Barcelona y su área metropolitana. Pero el tenue compromiso del presidente les sonó a Duran y al resto de su grupo a música celestial. Terminadas las intervenciones, la cara de los diputados nacionalistas -especialmente la de los democristianos- reflejaba su desbordante satisfacción por el desarrollo del debate y el trato que el presidente dispensó a Duran.

A pesar de tantos arrumacos, Duran ya advirtió de que CiU no puede apoyar la investidura de Zapatero "porque tras la aprobación del Estatuto se quebró la confianza que aquel pacto generó por la negligencia del Gobierno en su desarrollo", justificó.

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De los 22 folios del discurso, Duran sólo dedicó tres a reivindicaciones de carácter nacionalista e incluso rebajó el tono de sus exigencias. El democristiano reclamó repetir los pactos de La Moncloa en educación, inmigración, en Estado del bienestar y en mejoras de profundización democrática para acabar con las listas cerradas y respetar la lista más votada "como no hizo el PSC en las últimas autonómicas", denunció.

El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, muestra un libro sobre las balanzas fiscales.
El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, muestra un libro sobre las balanzas fiscales.GORKA LEJARCEGI

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