El grifo apenas lo notó

"Será por donde vivo, pero a mí no me han cortado el agua". Una vecina de la calle Alameda de Urquijo, en la zona centro de Bilbao, reconocía así que apenas había notado los efectos de la anunciada bajada de presión del agua, prevista para el día de ayer. El barrio de Rekalde fue el principal afectado ya que en varios bloques llegaron a registrarse cortes puntuales.

El propio alcalde de la capital vizcaína, Iñaki Azkuna, en un día realmente ajetreado que incluía las amenazas de que fue objeto en el Casco Viejo de la ciudad, visitó las obras que han provocado esta progresiva reducción de la presión del agua. Azkuna confió en el normal desarrollo de los trabajos y en la comprensión de los ciudadanos.

En definitiva se trataba de unos trabajos de empalme de tuberías, necesarios para una nueva circulación del agua a partir del vaciado del depósito de Elejabarri, que debía de concluir a las cuatro de esta madrugada. El concejal responsable, José Luis Sabas, admitió que la jornada "está transcurriendo sin grandes sorpresas porque la principal bajada de la presión del agua se va a notar en las dos últimas horas, entre las dos y las cuatro".

En algunas zonas de la parte más elevada de la capital vizcaína, así como en los pisos más altos sí se notó una cierta bajada de la presión del agua, pero sin que se produjeran interrupciones en el servicio. Algunos establecimientos de servicio público sí adoptaron medidas preventivas.

Agua potable en Tolosa

Mientras, la localidad guipuzcoana de Tolosa ha recuperado la calidad de su agua, que ya es potable y dispuesta para el consumo ordinario, según confirmó Osakidetza después de que el servicio estuviera dos días interrumpido.

La vuelta a la normalidad quedó confirmada en un bando, firmado a última hora de la mañana de ayer por el alcalde, el nacionalista Jokin Bildarratz. Esta falta de calidad en el agua para consumo de Tolosa viene a ser habitual cada vez que se producen rachas continuadas de lluvia.