Contradicciones

La vida está llena de contradicciones, y en cuestión de política no iba a ser una excepción.

Pongo un ejemplo: mi abuela asistió con gran entusiasmo a la subida de las pensiones que le brindó el presidente Zapatero durante el transcurso de la frenética campaña electoral. Sin embargo, ha visto cómo, desde ese preciso momento, su factura de Telefónica ha subido cuarenta euros. ¿Cómo es posible? La respuesta es sencilla: antes se veía afectada positivamente por el bono por viudedad, cuyo límite estaba en cobrar una pensión de 516 euros; ahora cobra 528 y, por lo tanto, se le considera no necesitada de esa ayuda. En definitiva, los resultados no cuadran: pese a la subida de las pensiones, ahora pierde más de diez euros más que anteriormente.

Sólo es otro ejemplo de los cientos que existen en toda España, cuya traducción política es la siguiente: las medidas de todo a cien no aportan ninguna solución real para los problemas sociales; son meros parches que intentan tapar los errores menos visibles del capitalismo, como por ejemplo la despiadada actitud de algunas deshumanizadas compañías privadas, sólo regidas por el interés del capital más sangriento.