Líos de faldas y luchas de poder
Las intrigas palaciegas presiden la recreación del 'Motín de Aranjuez'
En torno al 17 y 18 de marzo de 1808, el rey Carlos IV tenía varios problemas: era un cornudo, su hijo Fernando VII, un traidor, y su amigo Napoleón Bonaparte, demasiado listo. Además, su valido Manuel Godoy se acostaba con la reina María Luisa de Parma... Son ingredientes para una telenovela o una representación del Motín de Aranjuez como la que se hace esta noche en la plaza de Oriente, con motivo del Bicentenario de la Guerra de la Independencia. Y para que nada falle, anoche se celebró un ensayo general, que incluía bailes populares y proyecciones audiovisuales de cuadros de Goya sobre la fachada. Más de un centenar de personas, sentadas en el suelo o de pie, siguieron las intrigas palaciegas y el trasiego de actores detrás del escenario.
Cerca de 200 vecinos de Aranjuez, acompañados por el ballet Villa de Madrid y el grupo folk Aljibe, se subirán hoy (a partir de las 21.30) al escenario instalado junto a la fachada del Palacio Real para recrear la sublevación de esta localidad madrileña contra la Monarquía y Godoy, como narra Benito Pérez Galdós y como ellos representan cada septiembre en las fiestas patronales desde hace más de 20 años.
"Mi personaje es el rey Carlos IV, que no se entera de nada, vive en su mundo. Sólo le interesa la caza y su colección de relojes", contaba Paco Ruano, que cuando no lleva peluca blanca y maquillaje es taquillero en el palacio de Aranjuez. "Lo represento desde hace cinco años, pero mi primer papel en esta obra fue en el año 1985, soy uno de los veteranos", añadía con orgullo. A su lado, el Marqués de Caballero, empresario Alberto Rodríguez fuera de escena, mostraba el realismo de su pistola de madera entre los pliegues del vestuario. "Represento al hombre que mueve los hilos para derrocar a Carlos IV, porque en el fondo Fernando VII es un pelele", explicaba Rodríguez.
El hilo conductor de la función es un anciano Godoy al borde de la muerte que hace memoria: líos de faldas, conspiraciones, luchas de poder y, al final, un motín.
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