_
_
_
_
Reportaje:

Los antidisturbios 'expropian' la mina

Adif logra, al cuarto intento y por los agentes, entregar las actas de ocupación de Serrabal

Alguien del Ayuntamiento de Boqueixón (no revelarían su nombre aunque los matasen) les pasó la llave. Y a las siete de la mañana ya estaban aquí, atrincherados en una habitación del local sociocultural de Sergude, dispuestos a esperar lo que hiciera falta. Pero apenas les había dado tiempo a despertar del todo (algunos confiesan que condujeron hasta aquí dormidos), cuando los antidisturbios y otros miembros de la Guardia Civil se dejaron sentir.

Lo tuvieron crudo para aparcar, los agentes. Los de Serrabal habían rodeado la casita amarilla con 16 camiones de la mina y habían ocupado con sus coches el descampado de al lado. Así que la docena de lecheras de los antidisturbios y los cinco o seis vehículos de las parejas verdeoliva tuvieron que estacionar algo más abajo, cerca de Casa Pérez, mesón-cervecería que ayer, para desgracia del tal señor Pérez, estaba cerrada por reformas y no hizo la mejor caja de su historia.

La puerta cedió a una patada y entonces empezó el barullo
Mientras esperan, los mineros planean hacer un calendario erótico
Más información
Los trabajadores de Serrabal "peregrinan" al Parlamento para protestar contra las obras del AVE

Los más de 200 trabajadores de Ramsa, la empresa responsable de la mina, y los 50 agentes del orden, que el Gobierno mandó bien armados para reducir a los mineros díscolos, pasaron casi siete horas en pie y al aire libre. Sin café y sin retrete. Y esto último, si a alguien fastidió de veras, fue a la mata de silvas, un monte bajo de dos metros de alto que hay a mano derecha según se mira para la carretera.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

A las 7.30, hicieron el primer intento de asalto de un centro social con dos puertas. Accedieron por la principal, penetraron en el inmueble y confirmaron lo que ya venían imaginando: un grupo de trabajadores (luego resultaron ser 25) se habían encerrado en una sala. Intentaron abrir el cuarto, pero notaron que algo, dentro, oponía resistencia. Los de Serrabal habían apilado detrás todas las mesas, y aguardaban en segunda fila con las sillas entre las manos; empitonadas hacia la puerta.

Así que los de negro volvieron a salir, dieron la vuelta al local y lo intentaron por la retaguardia. No valieron de nada la barra de hierro y las cadenas con las que los del comité de empresa intentaron blindarla. La endeble puerta de la sala cedió a una patada, como en las películas, y entonces empezó el barullo.

El jefe del comando tuvo el detalle de preguntar primero si querían salir "por las buenas o por las malas" pero, como nadie salía, fueron los antidisturbios quienes entraron, con casco y escudo, y, según los obreros, "levantando las porras y amenazando". A las 8.17, los agentes sacaron a rastras a uno de los empleados de Ramsa, y detrás fueron saliendo, ya sólo dando voces, todos los demás. Afuera les esperaban los otros compañeros menos madrugadores. Hubo vítores, aplausos, gritos, rimas reivindicativas como las que se vienen oyendo desde hace más de un año en las manifestaciones contra el trazado del AVE entre Ourense y Santiago, con el que Fomento pretende enterrar parte del yacimiento de Serrabal. En concreto, según los trabajadores, 146 millones de toneladas de cuarzo; varias de silicio solar, "el más valioso del mundo".

Se inauguraba así el proceso de expropiación de un tramo que toca los municipios de Boqueixón y Vedra. Era la primera vez, después de otros tres intentos a lo largo de seis meses, que el ministerio ganaba la batalla a la plantilla de la mina. Era, también, la primera que los cuatro funcionarios de Adif, la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias, llegaban escoltados por antidisturbios. El comité cree que la diferencia está en que ya han pasado las elecciones: "Ahora no les preocupa mandar a los matones". Además, "quieren despachar rápido esto, antes de que entre el nuevo ministro, para que no se manche".

El local estaba al fin libre de revoltosos y reluciente (el ayuntamiento lo limpió) después del combate. Así que, a las diez, los del tren bajaron de los coches, descargaron los expedientes y todo tipo de material de oficina (incluso fotocopiadoras nada portátiles), y montaron una ventanilla de campaña para atender a los expropiados. Claro que, hartos de tanta convocatoria frustrada, apenas se presentaron vecinos.

Hoy se repetirá la historia en Vedra, y así cinco días más en los dos municipios hasta el viernes 11. Los de la mina confían en que las actas, como otras veces, estén "mal hechas", pero seguirán en guerra. Mientras, en los ratos de espera sin café y sin retrete, ya planean hacer un almanaque erótico, "con casco y una piedra de cuarzo" a modo de hoja de parra.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_