El Senado arranca clamando por más poder político
El socialista Javier Rojo, reelegido presidente por mayoría absoluta
Quede para la historia la imagen de Manuel Fraga Iribarne, después de 50 años en política, presidiendo el Senado democrático. Ocurrió ayer, durante la constitución de la Cámara alta para la IX Legislatura. Fraga, con 85 años, es el senador de mayor edad y por ello le correspondía presidir la Mesa provisional encargada de organizar la votación de los miembros definitivos del órgano de gobierno de la Cámara. El senador del PP designado por Galicia arrancó un aplauso nada más sentarse en la presidencia con esta frase: "Doy gracias a Dios por dejarme llegar a este momento, y espero llegar a ver la famosa reforma del Senado de la que todo el mundo habla".
El tema principal del Senado es el propio Senado. Por eso, Javier Rojo (PSE), reelegido presidente por mayoría absoluta, también dedicó su discurso de investidura a pedir una reforma constitucional que dé mayor poder a la Cámara alta y la convierta en un foro autonómico, y no un patio de atrás del Congreso. Dijo lo mismo hace cuatro años. Todo el mundo que tiene algo que ver con el Senado dice lo mismo desde hace 20 años.
La votación del presidente no tuvo nada que ver con la de José Bono en el Congreso. Javier Rojo no compitió con candidatos alternativos. El Partido Popular votó en blanco. Hubo dos extraños votos nulos (probablemente del PP) que pedían como presidente a Joan Lerma. Todos los demás, incluyendo nacionalistas que a esa misma hora se abstenían respecto a Bono, votaron a favor de Rojo. Una escenificación en toda regla de la diferencia de talante y diálogo entre partidos en las dos cámaras.
Ahora comienza la formación de grupos. CiU y el PNV tendrán grupos propios gracias a senadores prestados por el PSOE para completar el mínimo necesario. En el Grupo Mixto quedarán ocho senadores (un independiente y cinco partidos).
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