Bono, elegido con el rechazo nacionalista
El nuevo presidente del Congreso es el primero que no logra la mayoría absoluta
La primera petición del nuevo presidente del Congreso, José Bono Martínez, a los diputados con los que estrenaba la novena legislatura fue que se parecieran "a la sociedad", que está fuera del viejo palacio de la Carrera de San Jerónimo. Una sociedad "con múltiples identidades", dijo para mostrar su visión de España.
El nuevo presidente de la Cámara es el primero que no logra la mayoría absoluta
Pero los grupos nacionalistas, representantes de esas identidades, no le apoyaron porque, en su opinión, Bono no respeta esa pluralidad del país al hacer gala de un "gran sectarismo y hostilidad a los nacionalismos". No hubo manera de convencerles, y su candidatura requirió para prosperar una segunda vuelta, situación inédita en casi 31 años de democracia. Todos los presidentes de la Cámara baja habían obtenido hasta ahora el apoyo de las minorías nacionalistas. Tampoco le votaron cuatro de los suyos en la primera votación, y dos en la segunda.
En la primera ronda tuvo 168 apoyos y en la segunda, 170. En ambos cómputos hay que incluir a los dos diputados de Coalición Canaria y al de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares. Se sabe porque lo dijeron ellos, ya que la votación es secreta y en urna. El Grupo Socialista tiene 169 diputados, con lo que Bono tendría que haber sacado 172 votos.
También hubo indisciplinas en el lado del Grupo Popular, como pudo comprobar la diputada y, finalmente, vicepresidenta segunda del Congreso, Ana Pastor, a quien su grupo enfrentó con Bono. Pastor, de la máxima confianza de Mariano Rajoy, obtuvo 152 votos cuando su grupo se compone de 154 diputados.
Pero el verdadero desplante lo sufrió Bono -al que respondió con humildad en su breve discurso- al verse sometido a una segunda votación. A pesar de su extensa biografía política, su rostro delataba cierto nerviosismo al afrontar una tarea que desconoce, porque muy atrás queda su puesto de secretario cuarto del Congreso entre 1979 y 1982. Desde esa atalaya vivió el asalto del golpista Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981.
Pero de su trayectoria política los grupos que no le votaron sólo tuvieron en cuenta sus posiciones hostiles a los nacionalistas. Sin embargo, tras el discurso moderado de ayer, todos los grupos dejaron la puerta abierta para un posible cambio de criterio, según reconocieron a este periódico. Josep Antoni Duran Lleida señaló: "Hasta la fecha, no tiene nuestra confianza, sus posiciones recurrentes han sido muchas veces innecesarias, pero el discurso de hoy puede ser un buen comienzo". El PNV, a través de su portavoz, Josu Erkoreka, se reafirmó en que Bono "no es el candidato idóneo". El voto en blanco de los dos diputados del BNG, Francisco Jorquera y Olaia Fernández, indica su discrepancia hacia "la figura de Bono, un hombre sectario y muy hostil a los nacionalistas, que no se caracteriza por su prudencia ni por su equilibrio", según Jorquera.
También Joan Herrera (Iniciativa-Verds) no encontró razón alguna para votar a Bono, "por sus posiciones agresivas contra la pluralidad". Las mismas razones esgrime Uxue Barkos (Nafarroa Bai). A Rosa Díez (UPD) no le molestan las posiciones políticas de Bono, su discrepancia viene de que en plena legislatura y con el anterior presidente del Congreso, Manuel Marín, en plenitud de sus funciones, el jefe del Gobierno "nombró" a Bono. "Eso no es correcto desde nuestra visión democrática y de la estricta separación de poderes", señaló Díez.
Bono tuvo palabras de afecto y reconocimiento hacia Marín, su antecesor, cuyo ejemplo le anima. "Asumo la presidencia del Congreso con respeto, el respeto que me merece la soberanía nacional, cuyo titular es el pueblo español, aquí representado, y del que emanan todos los poderes del Estado". Bono pidió "indulgencia" con sus errores porque se reconoce "lego entre muchos expertos". En las conversaciones con Marín, él ha sabido lo tortuosa que resultó la pasada legislatura, con broncas y grescas semanales. "El tumulto nunca conduce al progreso y sí la moderación y la palabra", recomendó Bono, siempre en tono humilde.
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