"Falta cultura del esfuerzo para seguir mejorando y formándose"

La directora de la Cátedra de investigación Banco de España-Fedea, Sara de la Rica (Bilbao, 1963) cree que el ciclo expansivo ha quitado incentivos para mejorar la formación.

Pregunta. ¿La formación es sólo cosa de la Universidad?

Respuesta. Conseguir que la mano de obra sea altamente productiva corresponde la empresa. El trabajador tiene que estar en permanente formación, y la formación continua es de la empresa y requiere una apuesta definitiva por su parte. Y en España, o se hace una apuesta por una mano de obra formada y reciclada, por la innovación y los productos, con altas inversiones en I+D, o no podremos competir.

P. ¿Han hecho los deberes las empresas en los años de gran expansión?

"Para ofrecer flexibilidad el empresario tiene que ser creíble"

R. La expansión se ha producido en sectores sin gran especialización, como servicios y construcción. Quizás ese crecimiento fácil ha hecho que los demás se dejen llevar y quizás se ha abandonado algo la inversión industrial.

P. ¿El joven tiene una cultura de la formación continuada?

R. Esa época de bonanza económica también les ha afectado. No quieren formarse más porque encuentran trabajo en cuatro o cinco meses. Y es preocupante. Hay una falta de cultura del esfuerzo para seguir mejorando. En esta época, en la que todo se ve fácil, es complicado encontrar personas que quieran salir fuera a trabajar.

P. El 40% de los estudiantes quiere ser funcionario.

R. Es tremendo. Con 25 años quieren ser funcionarios. Pero es que se identifica trabajo con la seguridad, y eso es un auténtico obstáculo para innovar y ser especialmente productivo en los puestos de trabajo. Es un reto mucho más interesante la movilidad. Pero, claro, en la parte de la oferta de la flexibilidad el empresario tiene que tener credibilidad, y esa es la principal reticencia de los sindicatos. Creen que el empresario busca sólo la flexibilidad como ventaja competitiva.

P. Al final se vincula la calidad a la estabilidad.

R. Tenemos la idea de que cuando pasas a ser fijo ya está conseguido el objetivo y el trabajador se siente seguro. Los puestos de trabajo no pueden ser fijos con ese concepto. Eso tiene que cambiar. El trabajador debería sentirse seguro por estar perfectamente formado. Tenemos una visión viciada por nuestra propia cultura laboral.

P. La flexibilidad se sufre en hostelería, en servicios

R. Les afecta a los jóvenes y a las mujeres. Aun siendo un problema, los jóvenes tienen toda la vida por delante. En el caso de las mujeres hay un problema con la conciliación de la vida familiar. Es todo un debate: ¿elige la mujer la flexibilidad o te la imponen? La emigración nos ha ayudado a crecer, pero ha ido a los sectores menos especializados y, por lo tanto, menos remunerados. El problema es qué hubiera pasado si no hubiera habido este incremento de gente en el mercado.

P. Los inmigrantes, sin embargo, tienen buena formación.

R. Los latinos y los europeos del Este vienen formados. Los subsaharianos, menos. Pero todos necesitan una adecuación. Ocupan puestos donde no se requiere ni lenguaje ni habilidades de supervisión. Ellos están provocando el crecimiento, pero crece el empleo casi lo mismo que el PIB per cápita, lo que quiere decir que la productividad está estancada.